Inicio 1ª División Negligencia blaugrana en San Siro.

Negligencia blaugrana en San Siro.

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El Milán no está a dieciséis puntos. Ni a doce. De hecho, ahora mismo tiene un pie y medio en cuartos de final de la Champions. El Barça está virtualmente en la calle. Quizá este fue el error. Tal vez, el equipo de Roura afrontó el partido con el manual equivocado, leyendo el guión de la liga, donde el colchón de puntos sobre sus perseguidores le permite el privilegio de encarar sus compromisos como lo hizo anoche en San Siro, con una serenidad extrema que roza la relajación. Pero el relax termina donde comienza la negligencia, y el Barça traspasó esa frontera. Un par de despistes le han podido costar la eliminatoria. Media temporada.

Al Barça le faltó intensidad, ritmo, voluntad. Jugó con la confianza del que se siente infinitamente superior, con la certeza de que antes o después alguien aparecería para romper el partido y finiquitar el trámite. Fue traicionado por esa seguridad. Se durmió en su propia fe y se olvidó, incluso, de inquietar la portería de Abiatti. Como un estudiante mediocre, dejó para mañana lo que pudo hacer ayer, pues había tiempo y calidad de sobra para mandar a la cuneta a ese gigante sin memoria. Abrazó la ley del mínimo esfuerzo y estudió para aprobar. Los argumentos que, en nuestra liga de dos, bastan para apabullar al resto, no fueron suficientes en la Champions League. Suspendió el examen. Cayeron en la trampa, un ‘engaño’ que alimentaron desde Italia y del que todos hemos sido víctimas: «Nos conformamos con no perder por más de dos».

El Milán, cómodo en su papel de víctima en manos del mejor equipo del mundo, se limitó a defender y ver pasar los minutos. Sin embargo, la desidia del Barça invitaba a probar suerte. La grada comenzó a ilusionarse con el paso de los minutos y el equipo rossonero creció en autoestima. Fortalecidos al comprobar que jugaban el partido que acaso habrían soñado, abrocharon el resultado, no dejaron fisura alguna y esperaron su momento. Tuvieron dos y las enchufaron. Primero Boateng y después Muntari. Poco más se puede decir de los italianos. Misión cumplida.

Ahora queda por ver la capacidad de reacción de este Barça. Queda por demostrar, sobre el terreno de juego, la superioridad teórica del conjunto blaugrana. No debemos cometer la torpeza de poner en duda el talento de estos jugadores que tanto han conseguido, pero el fútbol es un tren de alta velocidad que todo lo deja atrás. El fútbol vive del presente y no de fotografías amarillentas. La Champions exigirá otra exhibición al Barça si quiere aumentar su leyenda. Toca escribir otra página memorable en su historia. Toca remontada.

Imagen: Marca.com
Redacción: @NachoElbal.