Inicio 1ª División El campeón se inmoló en el Calderón.

El campeón se inmoló en el Calderón.

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El Atlético de Madrid venció en Rusia al Rubin Kazán por 0-1, resultado insuficiente para una remontada en la que nunca creyeron. En esta ocasión, podemos acusar al Atleti por falta de algo que nace en la ribera del Manzanares: la fe. Creer en lo imposible ha sido siempre la principal característica que marca la personalidad de un colchonero, al menos los de nuestro tiempo. Soñadores. Ilusos, suelen llamarles, con guasa, sus vecinos de Concha Espina. Pero aquel gol en el último suspiro de Orbaiz, de Asenjo, del Cholo, o de quien fuera, sentenció al Atleti y destrozó su evangelio. Simeone decidió viajar a Rusia sin algunos pesos pesados de la plantilla, lanzando un claro mensaje de rendición antes de tiempo.

Lástima, porque ayer el Atleti se encontró con un equipo ruso echado atrás. Arropado en medio de la helada. Sumiso. Cómodo ante la idea de ser dominado por un rival sin gobernador. Esa fue la sensación. Los de Simeone manejaron el partido sin sobresaltos, sin presión. No existía ningún tipo de remordimiento que les empujara hacia la proeza, y tampoco contaban con alguien que les indicara el camino. Si al Atleti le cuesta idear y crear, más complicado se antojaba la tarea sin gente como Arda o Tiago. Incluso Oliver Torres hubiera servido. Pero el Cholo entendió que ésta ya no era su guerra y cumplió el expediente con Falcao -que hizo el único gol del partido en el 84- y Adrián, que se va encontrando poquito a poco. Sin brújula, el Atleti tuvo el balón pero no supo qué hacer con él, a dónde ir.

El Rey abdicó y renunció a su trono. Se inmoló en el Calderón con el segundo gol y tiró por la borda la competición que le ha devuelto crédito y respeto. Nunca es positivo perder la oportunidad de luchar por un título, pero este Atleti de Simeone está inmerso en otros lances, como por ejemplo, el segundo puesto de la liga. El Cholo sabe que tiene que dosificar a los suyos y quiere centrar sus esfuerzos en la liga, superar al Madrid en la tabla y abrochar la Champions para la próxima temporada. Y tiene, además, la final de la Copa del Rey a la vuelta de la esquina, previo paso por el escollo del Pizjuán. En definitiva, dos empresas factibles si no hay descuidos ni faltas de concentración. Sólo así podría entenderse la falta de entusiasmo por esta Europa League.