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El Torredonjimeno arrolló al Úbeda Viva.

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Torredonjimeno 6-1 Úbeda Viva.

El Úbeda Viva sufrió los efectos devastadores de un tsunami. Bastaron diez minutos de partido para comprobar lo que se le venía encima al equipo de Juan Almagro, a quien hay que reconocer, pese a la derrota, la digna propuesta de tirar la línea defensiva en tres cuartos de campo y la idea de presionar arriba. Tener el balón era la noble intención de los ubetenses, pero bastaron diez minutos -decía- para comprobar que a veces la valentía y el suicidio van cogidos de la mano. Para entonces, Carlos ya había desaprovechado un par de ocasiones claras de gol, pero minutos más tarde, el delantero tosiriano enchufó la tercera que cayó en sus dominios. Pasados los veinte minutos, el Torredonjimeno ya ganaba por 2-0, dominaba con autoridad y se permitía el lujo de despilfarrar ocasiones. Tanto se gustó, y tal era la confianza, que regaló el único gol en contra al tratar de sacar jugado un balón que, en cualquier otra circunstancia, habría sido puesto en órbita.

Pero el 2-1 de Orihuela sólo significó un pequeño espejismo en el que los hombres de Juan Almagro se refugiaron para pasar los últimos diez minutos del primer período. En ese tiempo, el Úbeda Viva se asomó levemente al partido y amagó con disputar el envite, pero la autoridad del Torredonjimeno gozaba de tal magnitud que no permitió el más mínimo atisbo de rebeldía. Así terminó la primera parte, con un conjunto ubetense que aun se resistía a salir goleado del Matías Prats, y con un Torredonjimeno que, de haber estado más acertado, habría finiquitado el partido a la media hora. Sin embargo, la salida en tromba del Torredonjimeno en la segunda parte propició un mano a mano en la portería de Valero, que Blas se encargó de atajar pero el árbitro señaló penalti y expulsión del defensa ubetense. Francis transformó el tercero y ahí se acabó el partido.

Con 3-1, en inferioridad numérica y ante un rival desatado e infinitamente superior, Juan Almagro dio por terminado el partido y sacó del campo a sus pesos pesados. Aquello no tenía remedio. Alfredo, Javi Moral, José Alberto, Rubio y Valero fueron sustituidos y el Úbeda Viva entregó la cuchara, dando minutos a un banquillo plagado de chavales. El cuarto gol del conjunto rojiblanco no tardó en llegar, no sin antes mandar al limbo otro puñado de claras ocasiones de gol. La segunda parte fue un calvario para el Úbeda Viva, sumiso al fútbol desplegado por el Torredonjimeno de Roger, que se mantiene fiel a su estilo de largas posesiones y ataques feroces por tierra, mar y aire. El técnico de Marmolejo ha encontrado en Dani Marcos la piedra angular de su filosofía, y ha conjuntado un equipo brillante basado en la cantera y adornado con gente como Jorge, Chico o el propio Dani Marcos.

Hasta doce ocasiones claras, a parte de los seis goles, tuvo el Torredonjimeno en sus botas para destrozar al Úbeda Viva en la tarde de ayer. Ni siquiera un descerebrado, que se coló incomprensiblemente en el túnel de vestuarios para provocar al sustituido Valero y organizar un pequeño tumulto a cinco minutos del final, pudo empañar la extraordinaria exhibición de este Torredonjimeno que ya se acerca a cuatro puntos de la promoción de ascenso a Tercera División.