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Que no cunda el pánico.

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Lucena 1-0 Real Jaén.

El Real Jaén volvió a caer derrotado, esta vez en Lucena, para sumar su segunda derrota consecutiva en las dos últimas salidas. Los hombres de Manolo Herrero parecen haber perdido frescura, al equipo le falta alegría en su juego y los resultados empiezan a resentirse, pero aun así, se mantienen segundos en medio del temporal, a sólo tres puntos del líder y cinco sobre el quinto, precisamente este Lucena que castigó a los blancos en el descuento.

Tal vez la cuesta de febrero, ese tramo espinoso que muchos equipos atraviesan por estas fechas, está debilitando a este Real Jaén que, semanas atrás, parecía un equipo inabordable. Con el balón en su poder, el conjunto jienense es capaz de ganar a cualquiera y desarrolla un fútbol impropio de la categoría, sin embargo, ahora es incapaz de soportar la presión, y sin la posesión se antoja un equipo débil y vulnerable en todas sus líneas. Hablamos de presión en el campo, e incluso fuera de él, porque el bache coincide con el ‘nuevo objetivo’ del club de quedar primero.

Este equipo forjado para el disfrute y con la única obligación de evitar el descenso, jugó la pasada temporada un play off de ascenso y va este año por el mismo camino. Pero no olvidemos añadir a la estadística el siguiente matiz: contra todo pronóstico. Nadie habría apostado en el inicio de temporada por este equipo cargado, cada vez más, de jugadores jienenses. Mientras los focos apuntaban hacia otra parte, el Real Jaén jugaba y disfrutaba. Se coló en la fiesta de los favoritos por la puerta de atrás, sacando sus partidos en la sombra sin la presión de nadie. Ahora tendrá que aprender a bailar en estas circunstancias, porque todo el mundo le toma ya en serio.

Pero insisto, que no cunda el pánico. No pretendo reclutar devotos, más bien aportar argumentos. No sólo el Real Jaén tiene problemas. El Cartagena no se escapa, y los que vienen por detrás tampoco amenazan. San Fernando y la Balompédica se mantienen a raya, y por debajo ninguno acaba de dar el salto. Écija, Almería y Albacete son incapaces de traspasar la barrera de los cinco puntos, ven cómo pinchan los de arriba semana tras semana y ninguno se decide al asalto. Tampoco pueden. El grupo está igualado. Hay quien pelea por el ascenso y quien se deja la piel por conseguir la permanencia. Todos se conocen a estas alturas y cada partido es una final. Ya avisó Herrero: «Será muy dificil». Que no cunda el pánico. El Real Jaén está igual que el resto, remando como si le fuera la vida en ello. Y está bien situado. El segundo, para ser más exactos.