El Barcelona no está entrenado para esto. Le falta la herramienta que pueda levantar la losa que le ha dejado el Real Madrid en el peor momento de la temporada. Hace mucho tiempo que no pasaban por una cosa así. Siguen siendo los mismos, buenísimos, pero ante una situación totalmente nueva. Han pasado de victorias holgadas a derrotas dolorosas. No es fácil.
Salieron como centellas y solo aquella amplísima ventaja les asegura hoy un título. La reacción de Valdés en el Santiago Bernabeu es un síntoma de rabia puntual o, quizás, la intuición de males mayores. Lo cierto es que grandísimos jugadores de fútbol empiezan a dudar y eso también es nuevo para ellos.
Sea lo que sea y, dejando libre paso a la crítica deportiva, me atrevo a pedir respeto en las valoraciones para uno de los mejores equipos de la historia. Ni los culés, por falta de costumbre, pueden crucificar a sus jugadores en la derrota, ni el resto de las aficiones, por frustraciones acumuladas, deben hacer leña de un árbol que, casi con toda seguridad, va a ser Campeón de Liga.
Es curioso que, como la Liga la ganó el Barça hace meses, ha perdido valor. Está claro que el fútbol vive del presente rabioso, pero se escribe con las gestas de todos los tiempos. Conviene no perder la cabeza a la hora de hacer valoraciones. La desmesura, el desdén y los desvaríos cuando se expresan opiniones hacen que este deporte y su mundo, sean tomados por algo vulgar y sin criterios razonables. ¿Verdadero o falso? Respeto al Barcelona.
Follow
