El Linares Deportivo asume de nuevo el liderato del Grupo IX de la Tercera División. Esa puede ser la única gran noticia que se desprende tras el empate del conjunto azulillo frente a los malagueños de El Palo, la otra, que aparentemente salen ilesos de un partido que favorecía lesiones y contratiempos varios. Después de un fin de semana pasado por agua, el estadio de Linarejos presentaba un aspecto impracticable sobre el que se antojaba imposible la disputa de un partido de fútbol, sin embargo, a pesar de que el Linares propuso la suspensión, el conjunto malagueño se negó a realizar otro viaje, que en esta categoría ronda los mil euros de costo, y el árbitro decidió comenzar el envite. Así que, lo que pretendía ser una fiesta del fútbol entre dos buenos equipos y con entradas a precios populares, se redujo a una batalla en el barro presenciada por algo más de mil valientes, que tal vez el amor a los colores, o acaso el compromiso de esas entradas adquiridas en la venta anticipada, obligó a ocupar unas gradas bañadas por la lluvia.
Poco más se puede decir del partido. El terreno de juego, convertido en una piscina de barro y agua, limitó el juego a balones directos que buscaban el error en la espalda de la zaga contraria. Para El Palo, sobrevivir se convirtió en una hazaña cuando a los siete minutos uno de sus jugadores se autoexpulsó al agredir a un futbolista del linares. Alguien debió explicarle que, en partidos así, lo que toca es saltar, pelear, caer, llenarse de barro y jugar con tres kilos más de agua y lodo en el cuerpo. No obstante, con un fútbol limitado por tales circunstancias, el Linares no pudo imponer esa superioridad, aunque también es cierto que no sufriría ocasiones en todo el partido. Por contra, Vitu y Ángel se plantaron delante del portero para fallar dos ocasiones clarísimas en la primera parte, lances que acabarían costando los dos puntos.
Sin embargo, nada más comenzar la segunda parte, el colegiado dejaría al Linares con diez futbolistas al enseñar la segunda amarilla a Vilaseca. Pero ni aun así cedieron los azulillos ocasiones, volcados en cuerpo y alma para conseguir una victoria casi imposible. La noticia de la derrota del Atlético Malagueño recorrió Linarejos y arrancó un aplauso del respetable, por lo que el Linares puso toda la carne en el asador para alzarse con el liderato. El juego transcurrió en terreno malagueño y el Linares mereció el gol, al menos, en dos penaltis claros que el colegiado no vio o no quiso señalar. El Palo cedió, crujió, pero no llegó a quebrarse. Aguantó el chaparrón y sacó un punto en la casa del nuevo líder. Misión cumplida. Entre tanto, el Linares volvió a demostrarse que sabe competir en cualquier circunstancia.
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