Es casi un hecho la clasificación de la Selección Argentina para el mundial a disputarse en Brasil 2014. La albiceleste marcha primero en la tabla de posiciones y sin pasar ningún sobresalto. También es una realidad que el mundo del fútbol (o gran parte de él) espera que Lionel Messi gane el torneo para terminar con la eterna especulación de algunos periodistas y simpatizantes que dicen. «Si no logra un mundial no puede considerarse el mejor jugador del mundo como lo fue Diego Maradona«.
Los triunfos obtenidos a lo largo de su carrera con el Barcelona no son discutidos. Ha batido todos los records que se le pusieron en su camino. Pero la gente le pide un campeonato mundial. Por lo menos de este lado del continente. El entorno del jugador desmiente que sienta esta presión. De estar en una competencia con Maradona por ser el máximo ídolo de los argentinos. Pero lo que sí reconocen es que, al ser un jugador de élite, debe tener ese título. Su nivel de juego y la calidad de los compañeros que lo acompañan en la selección se lo exigen. Está en la plenitud de su carrera. Con la mezcla justa de experiencia y juventud para afrontar semejante desafío.
Se sabe que la pasión y la razón no van de la mano. Los simpatizantes argentinos, directamente o indirectamente, le exigen al jugador que, para estar a la altura de Diego Maradona campeón del mundo en 1986 en México, debe ganar el título en Brasil 2014.
Otra vez la estadística fría abre el debate. Si un jugador no gana un mundial ¿No tiene derecho a considerarse el mejor del mundo? Por más que haya logrado todo y más a nivel de clubes. El «otro» mundial ya está en juego. Hagan sus apuestas señores.
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