Inicio Opinión Nacho Elbal No es momento para el desánimo.

No es momento para el desánimo.

Compartir

Fue una batalla desequilibrada. El Cartagena venció al Real Jaén de manera justa y contundente. El 2-0 certificó la superioridad del conjunto murciano, descendido este año a 2ªB y decidido a recuperar la categoría de plata el próximo verano. En partidos como el de ayer, es justo recordar de dónde viene cada cual para entender lo sucedido.

Porque mientras en Cartagena confeccionaron plantilla para el ascenso, en Jaén todo ha estado condicionado por el Concurso de Acreedores. El objetivo primordial siempre fue sobrevivir. De un tiempo a esta parte, los superfichajes han dado paso a una política mucho más austera y sensata que ha obligado a pasar la lupa sobre los equipos de la provincia, de manera que el Real Jaén se ha plagado de futbolistas procedentes de la Tercera División. Sin embargo, gente como Diego Cascón, Toni García, Santi Villa, Raúl Gaitán o Fran Machado forman una columna vertebral con experiencia en la categoría que está sosteniendo un sueño impensable hace algunos meses.

La mezcla de estos honorables veteranos, curtidos en mil batallas, con la de otros currantes del oficio que han visto en el club la posibilidad de cumplir un reto y se están dejando la piel y el alma por la causa, han convertido a este Real Jaén en un grupo muy peligroso capaz de cualquier cosa, incluso de ascender a Segunda División. La unión del vestuario y la propuesta de Manolo Herrero han superado cualquier expectativa, así que la afición demanda el ascenso.

Derrotas como la de ayer no deben de atenuar la ilusión de la gente. Ganó un Cartagena que justificó su inversión, pero el Real Jaén se mantiene a un punto de este gigante y a seis partidos de cerrar la proeza. Toca apretar los dientes y dar las últimas pedaladas. Restan cuatro partidos en La Victoria, fortín inabordable que debe seguir resistiendo. No es momento para el desánimo.