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Musta, un árbitro en plena forma

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Mustafa Sahaoui, “Musta” (18/12/1995) es un nombre que cada vez suena con más fuerza en el atletismo andaluz y nacional. Un atleta, que a la espera de obtener la doble nacionalidad (lleva desde la infancia afincado en Villanueva del Arzobispo), sigue entrenando con el Europeo Júnior de atletismo de Rieli (Italia) en el punto de mira. Sus inicios en el deporte fueron bien distintos. Hace 9 años, Musta se apuntó al equipo de fútbol benjamín de la Escuela Municipal de Deportes de Villanueva del Arzobispo. Poco a poco, fue creciendo como delantero en las dos temporadas de edad alevín. Con el paso al fútbol 11 en infantiles retrasó su posición. Se convirtió en un mediocentro bregador, muy rápido y con mucha capacidad de sacrificio. En el primer año con los cadetes, empezó a alternar el fútbol con el atletismo. Empezaba una trayectoria meteórica que le obligó a dejar aparcado el balompié. “Al principio fue un poco duro. Cuando me cogieron en las pruebas del Unicaja me dijeron que si quería ser bueno debía dejar el fútbol”.

Desde entonces, en apenas tres años y medio corriendo ha vencido en su categoría en tres ediciones de la Carrera Urbana Internacional de San Antón que se celebra en Jaén, ha sido oro en 2.000 metros obstáculos en el Campeonato de España de Clubes representando al Unicaja Atletismo y ha sido doble campeón de Andalucía en 3.000 m y 10.000 metros. Su futuro está en el atletismo pero este año ha vuelto a unirse al fútbol de una forma curiosa: se ha sacado el título de arbitraje. Cuando sus competiciones se lo permiten, arbitra encuentros de benjamines y alevines. “Nunca me imaginé que acabaría arbitrando pero surgió y ahora me gusta”, nos cuenta sobre su nueva faceta. A principios de la temporada le llamó la atención la posibilidad de ser colegiado y no se lo pensó. “Me interesé, pregunté y me dieron la bienvenida muy bien. Me han ayudado mucho, sobre todo Miguel Ángel, el presidente del Colegio de Árbitros de Úbeda”.

Para conseguir su titulación se enfrentó al aprendizaje exhaustivo del reglamento. “Al haber jugado antes, no cuesta tanto. Sabes lo básico y te centras en los aspectos más técnicos”.

Con la teoría bien aprendida, lo complicado viene cuando hay que lidiar con catorce niños que están iniciando su aprendizaje en el mundo del fútbol. Y como el propio Musta nos dice, con sus catorce padres. “Es interesante arbitrarles, el único problema llega con algunos padres que ignora que al fin y al cabo son niños y nuestra función no sólo es arbitrar, también enseñarles”.

De momento, sólo ha dirigido un puñado de partidos. La mejor anécdota que le ha sucedido es que gente de Úbeda que acude al Estadio San Miguel le reconozca. “A veces he escuchado en las gradas: “mira si es el que corre mucho”. Yo en esos momentos, me quedo sonriendo muy sorprendido”, nos revela.

Ahora que sabe lo que es ser jugador y ser colegiado mira las cosas desde otra perspectiva. Él era igual que los futbolistas de la actualidad. “Yo me comportaba igual. Quejarse y reclamar es lo más normal”. De hecho su mejor recuerdo como futbolista no llegó a más por culpa de un error arbitral. “En Copa Diputación plantamos cara a todo un Real Jaén pero perdimos la clasificación para la siguiente fase precisamente por un fallo del árbitro”.

Como árbitro mata el gusanillo y mantiene el contacto con el deporte que practicó primero. “A veces, cuando voy al San Blas y veo a mis antiguos compañeros de equipo me da envidia y lo echo de menos”, nos confiesa.

Mientras sigue ganando experiencia como colegiado, se entrena duro en busca de sus sueños atléticos. Corriendo logrará muchos o poco éxitos, pero lo que es seguro es que, a diferencia de otros, él si es un árbitro en plena forma.