Málaga CF 1-0 Osasuna.
Imagen: EFE.
Ganó el Málaga a Osasuna. Por la mínima, en el último minuto pero ganó. Victoria que le vale para volver a puestos europeos, son quintos, y que deja la cuarta plaza a tan solo un punto, a falta de que dispute su partido la Real Sociedad.
Como perro de presa, el Málaga se abalanzó sobre Osasuna en busca de hacer daño lo antes posible y solo Andrés Fernández, el mejor jugador de los navarros, evitó que las dentelladas se convirtieran en mordiscos en los primeros minutos de juego.
Joaquín, en su enésima juventud, campaba a sus anchas asociándose con Baptista, Isco y un muy activo Saviola. Entretanto, Osasuna no sabía frenarlos. El ímpetu inusitado del conjunto boquerón sorprendió a los navarros, pues no acostumbra a rendir tan excelso el equipo malacitano en partidos post Liga de Campeones como lo hizo esta noche. Ataque, agresividad y casta fueron la tónica dominante en el juego del Málaga durante todo el partido. Los andaluces, espoleados por su afición y mostrando orgullo torero, sumaron hasta seis ocasiones manifiestas para adelantarse en el marcador durante la primera parte. Una de las más claras la protagonizó Saviola, que llegó a estrellar el balón en el palo en una jugada que nació de un robo de un enorme Iturra. Controlaban la pelota y gozaba de las mejores oportunidades los locales pero acertaban a materializarlas.
Osasuna disfrutó de sus mejores minutos finalizando la primera mitad. Dos fueron las oportunidades para los visitantes. En el 36 Caballero, que también quería dejar su impronta en el partido, sacó una exquisita mano para rechazar un buen disparo raso de Cejudo mientras que, tres minutos más tarde, Armenteros a punto estuvo de adelantar a Osasuna con un gran disparo cruzado que pasó lamiendo el palo malaguista. Acabaría la primera parte con una caída de Saviola en el área en la que el árbitro acertó al no ver penalti.
Baptista monopolizó las grandes oportunidades del Málaga en la segunda parte. Hasta de tres dispuso el delantero brasileño en los primeros 20 minutos. En todas, Andrés Fernández -que haría un total de 13 intervenciones- se erigió en el muro salvador de los pamploneses. Joaquín, que no entendía de cansancio, seguía dando un recital de fútbol y probaría fortuna dos veces más sin suerte antes de ser sustituido por Seba en el minuto 88. Un minuto antes Andrés Fernández sería determinante al atajar un venenoso disparo de Duda.
Todo hacía presagiar que el marcador no se movería a pesar del monologo malaguista, especialmente durante la segunda mitad. Ni Willy ni Andrés lo iban a permitir pero una falta cometida por Puñal cambió la suerte marcada para el partido. Duda colgó un balón al área que cabeceó Camacho, tocó en un defensa y cazó Julio Baptista, que empujó a la red con un certero derechazo. Casualidad o no, el gol llegó en el minuto 93, el mismo en el que perdieron el martes. El destino, está vez, eligió la crueldad para Osasuna que ya mira hacia abajo con preocupación. El Málaga se cobra mientras una pequeña parte de la deuda de Dortmund.
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