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Traición al Sevilla

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Sevilla 0-1 Atlético de Madrid.
Imagen: EFE.

El Atlético de Madrid venció anoche en el Ramón Sánchez Pizjuán por 0-1 a un Sevilla que fue dueño y señor del partido en todo momento. Un solitario gol de Radamel Falcao dio la victoria al conjunto rojiblanco en el 76′, sin embargo, nunca debió subir al marcador por una mano previa de Mario Suárez que no fue señalada. En la recta final y ya con el resultado en contra, el Sevilla dispuso de las más claras ocasiones para rescatar, al menos, un empate, pero el larguero y Courtois terminaron por dar los tres puntos al Atlético de Madrid.

No fue un partido vistoso. Fuera de casa, el conjunto del Cholo Simeone lo tiene clarísimo. Da igual la imagen y da igual el fútbol, lo único que importa es puntuar, competir. Así que no tuvo escrúpulos en ceder el balón al Sevilla desde el minuto uno, o más bien, en no discutir la posesión. El Sevilla, urgido por una victoria que la acercara a Europa, planteó también un partido intenso en el que no dio a su rival otra opción que la de ser dominado. Los de Emery siempre tuvieron la pelota y marcaron el ritmo, sin embargo, este Atleti se siente cómodo esperando. Defiende con el orden de una compañía militar y aguarda su momento con la seguridad de que tendrán la oportunidad para llevarse el partido. No hay fisuras, y el Sevilla lo acusó durante buena parte del partido porque tuvo el balón, encerró al Atlético, pero no gozó de claras ocasiones, a excepción de un cabezazo de Coke que detuvo abajo Courtois.

Esto cambió cuando, bien entrada la segunda parte, Diego Costa reclamó su papel protagonista para agitar y calentar el partido. Está claro que al brasileño no le va eso de pasar inadvertido. La tuvo con Kondogbia y vio una amarilla que le impedirá jugar el derbi del próximo sábado ante el Real Madrid, y luego fingió una agresión de Cala por la que debió ser amonestado y expulsado. Tratar de expulsar injustamente a un compañero del equipo contrario y tratar de engañar al colegiado es una conducta que debería de ser objeto de sanción, sin embargo, González González lo pasó por alto inexplicablemente. Antes de que el asunto se le fuera de las manos, el Cholo le sacó del campo y dio entrada a Adrián.

Ni diez minutos tardó el joven delantero asturiano en aportar su granito de arena. Arrancó por la izquierda, filtró un balón al corazón del área que despejó Cala y que dio en el brazo de Mario Suárez. Mano. El árbitro no la señala y el rebote vuelve a pies de Adrián. Éste centra al segundo palo y Raúl García, que había entrado sustituyendo al Cebolla, remata perfectamente al segundo palo, pero entonces aparece Falcao, en posición reglamentaria, para tocar lo justo y aprovechar la única del Atlético en 76 minutos de partido. El golpe fue tremendamente injusto para el Sevilla.

Sin embargo, el 0-1 y la injusticia de la jugada clavaron las banderillas que despertaron la bravura de los andaluces. Así, en el tramo final, el Sevilla se volcó y exigió la mejor versión de Courtois. El portero belga, el larguero y la fortuna, terminaron dando los tres puntos al Atleti y castigando a un Sevilla que expuso muchos más argumentos para llevarse el partido. La victoria sitúa a los rojiblancos muy cerca de la clasificación matemática para la Champions, mientras que los andaluces se descuelgan a ocho puntos de los puestos europeos. El fútbol, el árbitro y un Atleti ultradefensivo, traicionaron a un Sevilla que mereció mucho más.