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Debacle nacional, segunda parte

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Hoy, como ayer y mañana… espero que mañana no sea como cada vez que un equipo alemán se enfrenta a otro español. Caraja nacional, segunda parte. Si el Bayern pasó por encima del Barça, el Borussia ha aplicado la misma receta con el Real Madrid. Poco que objetar. Ramos lo ha explicado con meridiana claridad: “nos ha faltado actitud”. Valoro la sinceridad de Sergio Ramos. Está todo dicho. Sin actitud y con un equipazo delante, lo más normal es que te metan cuatro.

Ayer Mou hablaba de justicia y el fútbol, que a veces escucha, la ha hecho. Resultado lógico cuando juegan un equipo en bloque y un grupo de grandes jugadores vinculados al momento de gracia de su estrella. Diego López evitó que el tanto a favor pasara a ser una pura anécdota. Gracias a dos aciertos del gallego, el gol de Cristiano mantiene a su equipo unido a un hilo de esperanza.  Ronaldo y Diego permiten al madridismo pensar en la posibilidad de una remontada épica. Sin embargo, el problema no son los goles, es la propuesta de unos y de otros.

Sinceramente, no sé si los jugadores del Real Madrid han salido, como dice Ramos, a medio gas o es que los alemanes les han dejado sin respuesta desde el primer minuto. Opacidad y lentitud en las salidas, desconcierto, malas entregas  en la medular y desajustes en defensa. Son detalles que te hacen opositar a una paliza: la han recibido. Si a todo esto unes que el Borussia tiene un delantero que mete cuatro goles de cinco oportunidades, el Real Madrid todavía puede estar contento.

Al final debemos concluir que, lo demostrado por los alemanes, es que un bloque moviéndose con idea, intensidad, armonía y eficacia es casi la perfección. Si ese bloque, además, tiene al Lewandoski  de esta noche entonces, ya sí, es la perfección. De todas formas el Real Madrid se vuelve con el orgullo toqueteado y muchos recuerdos de noches mágicas. Viendo el partido de hoy, la verdad,  es que no queda mucho margen para el optimismo, pero soñar es gratis. A ver…