Avance.
Imagen: EFE.
La condena se perpetúa en el tiempo. Misma historia, diferente fecha. El Real Madrid volvió a ganar al Atlético de Madrid en algo que ya es una rutina desde hace 14 años. Partidos como el de hoy merecen un análisis más allá del ámbito futbolístico, la cuestión psicológica pesa más que el propio partido. Desde hace tiempo, el factor fundamental que determina los derbis es la cabeza de los futbolistas, el creer o no creer, y el Atleti dejó de creer desde hace mucho tiempo.
El partido de hoy se antojaba raro, el Madrid se presentaba con un equipo plagado de bajas ante la cita europea del martes y los colchoneros con una oportunidad única para deshacerse de esos fantasmas que se les aparecen cada vez que se enfrentan al Real Madrid. La hinchada atlética estaba más enchufada que nunca, convencida de dar el golpe al Real Madrid y motivarse de cara a la final de copa.
En cuanto al partido, dejó mucho que desear. Poco fútbol compensada con la actitud de los futbolistas. Las ganas estaban por encima de todo y el ‘Tigre’, que parece tenerle tomada la medida a Diego López, marcó a los pocos minutos de comenzar el partido en una de sus especialidades, la cabeza. Falta botada por Gabi y un despeje de Diego López, Godín recibió el balón y puso un centro medido al segundo palo para que Falcao la empujara dentro y desatara la locura colchonera en las gradas.
Gol tempranero que daba tranquilidad pero no seguridad, el Madrid es el Madrid y las remontadas en estos partidos son habituales. Y así fue que solo unos minutos más tarde otro balón parado Di María llegó al área y Juanfran, con muy mala fortuna, la metía con el pecho dentro de la portería de Courtois. El Madrid empataba y la grada revivía viejas historias del pasado. Aunque se negaban a darse por vencidos y volvía a animar a su Atleti como si nada hubiese pasado.
El resto de la primera parte fue una película sin argumentos en la que los dos equipos se repartieron la posesión. Lo único reseñable fue la avalancha de tarjetas amarillas que sacó Pérez Lasa.
La segunda parte fue más de lo mismo, intercambio de golpes entre ambos que ninguno conseguía materializar. La salida a calentar de Xabi Alonso atisbaba un cambio en el juego del Madrid para dominar más la pelota e intentar ponerse por delante en el marcador. Se echaba mucho de menos a Cristiano sobre el campo para dar ese toque eléctrico que necesitaban los blancos.
Con la monotonía sobre el césped, Benzema aprovechó un desmarque de Di María para enviarle un balón y éste, con gran efectividad, batía a Courtois con un disparo raso cruzado. El Madrid se colocaba por delante y la impotencia se adueñaba del estadio Vicente Calderón. El Atleti tiró de coraje y avanzó líneas buscando la machada. Quedaba tiempo pero pocas esperanzas.
Falcao reclamó un penalti de Essien en una jugada que provenía de un fuera de juego del colombiano pero que el árbitro no vio ninguna de las dos cosas. Con Varane y Xabi ya incorporados, el Madrid sufrió poco y dejó que pasaran los minutos para volver a sumar otro derbi a la lista sin que el Atleti pueda ganarlos.
Los madridistas salen reforzados de cara a la posible remontada del martes y los colchoneros ya piensan en el siguiente derbi que será la final de la Copa del Rey.
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