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El objetivo sigue intacto

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DSCF5061Real Jaén 1-1 Alavés.

La misión del Real Jaén no era ganar este partido, sino ascender a Segunda División. El gol de Viguera en el 92′, al trasformar un penalti cometido por Santi Villa, obliga a los jienenses a marcar un gol heroico en Mendizorroza. No hay problema. Tenemos fútbol y tenemos héroes. Evidentemente, Jaén ya se frotaba las manos con ese 1-0 que sobrevoló La Victoria y que se esfumó en el último suspiro. El penalti, ya en el descuento, se reveló como una perfecta broma macabra. Pero insisto, el objetivo sigue intacto y el resultado no es ninguna desgracia. Manolo Herrero no tendrá que variar nada para la vuelta en Vitoria. El Real Jaén no se verá obligado a conservar ni guardar nada. Se presentará en Mendizorroza en su estado más puro: ofensivo, desafiante, protagonista, descarado. Y vencerán, seguro que vencerán.

Hay motivos suficientes para creer. Ayer el Alavés no fue la bestia que esperábamos, no fue ese equipo de Play Off temido y potente. No. El Real Jaén no encontró excesivos problemas para desarrollar su fútbol en una primera parte que dominó de principio a fin. Los tres centrales que dibujó Natxo González en su defensa, escoltados por dos laterales de corte más bien defensivo, blindaron la portería de Crespo pero dejaron muchos espacios en otros sectores del campo, así que el Real Jaén, que planteó el partido con su clásico 1-4-2-3-1, gobernó desde el principio, marcó el ritmo y se mostró muy superior. Los de Herrero, y los 11.000 aficionados que abarrotaban las gradas de La Victoria, se frotaban las manos ante la propuesta del adversario, que esperaba agazapado con la única idea de resistir. En ese marco, el gol del Jaén sólo era cuestión de tiempo, de encontrar una fisura, de una genialidad de Machado, de una puñalada de Israel… O de una jugada de estrategia. Así llegó el 1-0 en el 38′, Israel Jerez botó un córner y Servando remató cruzado para reventar el estadio. Todo pintaba maravilloso.

Sin embargo, la segunda parte fue otro partido. El Alavés cambió el dibujo, dejó a cuatro atrás y adelantó líneas, así que el resultado fue que acaparó la posesión del balón y encerró al Jaén en su campo. Pero entonces el equipo de Natxo González evidenció que no están acostumbrados a llevar el ritmo del baile, que lo suyo es dejarse llevar. El Alavés dominó pero no supo acosar la portería de Toni García, así que los jienenses aun se guardaban algún contragolpe en la manga. Las tarjetas y las faltas al borde del área empezaron a minar a los hombres de Manolo Herrero, que con el paso de los minutos empezaron a perder fuerza. El técnico jienense, que sorprendió a todos con una propuesta ultra ofensiva con la suplencia de Santi Villa y la titularidad tanto de Migue Montes como de Mario Martos, retiró al canterano para dar entrada al linarense y buscar otras alternativas. Restaban veinte minutos de partido y el Jaén se limitó a defender para intentar salir a la contra. No quedaba otra. Físicamente, el Alavés estaba mucho más entero y la balanza se inclinó muy notablemente en su favor. Pero tuvo que ser de penalti, y ya en el descuento, donde el conjunto vitoriano lograra el empate que le otorga cierta ventaja para encarar la vuelta.

En Mendizorroza, donde el Alavés sólo ha recibido seis goles a lo largo de la temporada, ya sueñan con el ascenso a Segunda División. Pero el Real Jaén demostró ayer que tiene fútbol, ideas y casta para sabotear la fiesta. No sería la primera vez que los blancos ascienden lejos de casa, y este empate les obliga a mantener su libro de ruta y a no separarse de sus ideas, lo cual es muy alentador. El objetivo sigue intacto.