A poco más de 24 horas para el inicio del partido, todo apunta a que las gradas del estadio de La Victoria no albergarán los aproximadamente 11.000 aficionados que sí abarrotaron el Camp d’Esport de Lleida durante el partido de ida. Con una población de casi 140.000 habitantes, Lérida está volcada con su equipo de fútbol desde hace semanas. De hecho, a pesar de un resultado que no invita al optimismo (1-1), casi 200 aficionados catalanes se desplazarán hasta Jaén en un viaje de unas diez horas.
Sin embargo, en la capital jienense la expectación no es la deseada. Tal vez la confianza de que la eliminatoria está encarrilada ha provocado que muchos aficionados se queden en casa para acudir, si es que lo hay, al partido de la última eliminatoria. Aunque todavía hay tiempo suficiente (las taquillas permanecerán abiertas durante la mañana de hoy desde las 10:30 hasta las 13:30, y mañana en las horas previas al partido), lo cierto es que ahora mismo no se han llegado a las 9.000 localidades vendidas.
En este sentido, el entrenador del Real Jaén, Manolo Herrero, reconoce sentirse un poco decepcionado: «No lo entiendo. Si la gente es optimista y piensa que vamos a pasar, creo que deberían de venir al estadio para disfrutar con su equipo. En Jaén tenemos que demostrar que tenemos más ganas de ascender que en Lleida o en Vitoria. La semana pasada, en Lleida había unas 11.000 personas y es una ciudad como la nuestra, no es más grande. Nosotros necesitamos ver que la gente tiene ganas de ascender. Para nosotros, sería un poco decepcionante ver a 7.000 personas nada más».
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