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¿Quién puede ganar a este equipo?

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pedritoAntes de un gran torneo -en la Confederaciones juegan todos los campeones- España levanta las dudas propias que dejan los partidos amistosos previos. Si pierde es porque se aprecia falta de interés, y si no pierde la razón es que el rival no tiene el nivel adecuado. El caso es que antes de un debut, existe siempre la incertidumbre de saber a qué España nos encontraremos. Este equipo ha deslumbrado y ha ganado de tal manera que nos resulta casi increíble asimilar que su fútbol y su ambición siguen intactas con el paso del tiempo. Pero, felizmente, así es. Campeones de Europa y del Mundo, la Selección viene dominando este deporte desde el verano de 2008, y con la imagen que dejó ayer en Recife, se antoja poco probable la idea de ceder su corona.

Anoche destrozó a Uruguay con un juego primoroso y letal. Muy pronto, nada más empezar, la campeona de América comprobó que no tenía sentido discutir el balón a España, así que optó por bascular de un lado para otro con la única misión posible de tapar huecos y escapar del temporal. Los hombres de Vicente del Bosque alternaron su juego calmado, que debilita la moral y la paciencia del adversario, con la electricidad que generan hombres como Pedro, Cesc o Iniesta. El manchego es una combinación de todo, la esencia de nuestro fútbol condensado en una misma persona, el futbolista total. En sus botas comienza el asalto. Recibe, atrae, desborda y se filtra. Crea el desequilibrio. Aunque le conoce, el rival no espera ser traicionado por un tipo bajito y con cara de buenas intenciones, sin embargo, se trata de la principal amenaza.

Pero sería injusto destacar sólo a uno. La identidad de España se basa en el trabajo de equipo, y anoche la selección brilló en todos los sectores del campo. Además de tener el balón durante todo el tiempo, España ejerció una presión solidaria y asfixiante que limitó la capacidad de Uruguay para sobreponerse a lo que se le venía encima. A los nueve minutos avisó Cesc, que culminó una jugada preciosa con un disparo al poste. Era la confirmación de que estábamos asistiendo a una versión extraordinaria de España, incluso con más profundidad que en otras ocasiones, una España alegre, peligrosa y certera.

Uruguay sólo pudo asistir a tal exhibición de fútbol. Llegó el gol de Pedro (20′) y después el de Soldado (32′), y cuando la actuación adquirió tintes sonrojantes, la campeona de América sacó su orgullo y empezó a marcar el territorio. Desesperada y sin argumentos, Uruguay comenzó a pegar en señal de advertencia. Y así transcurrió la segunda parte, sin mayor novedad que un golazo de Suarez cuando el partido agonizaba. España mostró respeto y no hizo más sangre, pero su actuación conquistó el corazón de todos los aficionados. Después de ver a Brasil e Italia, la cuestión es quién puede ganar a este equipo.