Hay quien dice que ese no es su sitio, que antes vivía más cerca de su gente, de sus niños. Algunos la consideran fría, sin vida. Tal vez lleven razón. Pero el hogar de una afición no podía ser acogedor sin haber experimentado una noche para recordar. Un partido que hace de sus muros un escenario ideal para historias de sueños cumplidos, de llantos de emoción y de penaltis fallados. Sí, de penaltis fallados. Porque este equipo camina junto al sufrimiento.
Es por ello, que Jaén se siente incrédulo. Parece el mundo al revés. España pierde una final tras más de un lustro de éxito mundial y el Real Jaén consigue ascender a Segunda. Mis veinte años no son suficientes para recordar con claridad los últimos partidos del Glorioso en la categoría de plata.
Jiennenses volved a creer. La Victoria necesita a su gente más que nunca, este año la Liga Adelante parece una Primera B más que una división de segundo escalón. En ella se concentran grandes clubes con altos presupuestos y una masa social respetable. No será fácil, tampoco lo fue ascender, por ello es importante luchar para que este sueño sea interminable.
Ya habéis viajado a pueblos y estadios que nadie conocía, es hora de que os paseéis por toda España orgullosos de vuestra ciudad. No sois críos en su primer día de escuela, donde la timidez y el miedo son los protagonistas de sus pensamientos. Sois del Real Jaén, un club con más historia que algunos equipos ya consolidados como la UD Las Palmas, el Girona CF, la AD Alcorcón o el CD Numancia.
Es decir, el Real Jaén vuelve a su categoría y La Victoria será vuestra arma.
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