Chris Froome reinó en Ax 3 Domaines y se vistió de amarillo después de una exhibición de su equipo. El conjunto británico Sky, que dominó la octava etapa del Tour de Francia, impuso un ritmo infernal desde el Col de Pailheres (2.001 m), puerto de categoría especial con 15 kilómetros de ascensión y rampas de hasta el 12%. Ya en el segundo y último puerto, de primera categoría, Sky se merendó al resto de corredores con una actuación imperial del autraliano Richie Porte, que se colocó a la cabeza de su grupo y probó las fuerzas de los demás. Faltaban 6 kilómetros para meta.
Por allí, persiguiendo al colombiano Quintana (Movistar) que lideraba en solitario la carrera, rodaban todos los favoritos: Schleck, Contador, Valverde, Evans, Froome… Pero nadie pudo soportar el ritmo impuesto por Richie Porte y Chris Froome. Schleck y Evans fueron los primeros en caer, y un kilómetro más arriba (a cinco de meta) se quedaron Valverde, Contador y su compañero Kreuziger. Ejecutado el plan y con los rivales destrozados, Froome se lanzó a por la etapa y devoró el resto del puerto con una ferocidad descomunal. El británico, hijo de un diplomático y nacido en Kenia, expuso argumentos más que suficientes para erigirse como principal favorito para ganar el Tour.
Porte fue segundo, Valverde entró tercero a 1:08 y Contador fue octavo a 1:45. El resto de favoritos llegaron por detrás y se dejaron más de tres minutos. Así las cosas Froome lidera la general y Valverde es el primer español (3º) a 1:25, mientras que Alberto Contador es 7º a 1:51. El Tour no ha hecho más que empezar y mañana, en la segunda etapa pirenaica, veremos si lo de Contador sólo ha sido un mal día o es que Froome es un avión.
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