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One-club man: una figura perdida

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Liverpool's Gerrard waits for a corner during their English Premier League soccer match against Wigan Athletic in WiganHubo un tiempo en que el fútbol tenía más de sentimiento que de negocio. Años dorados en los que los jugadores jugaban en los clubes que eran afines a sus principios y no en los que les mostraban la cartera más repleta. Aún quedan vestigios de esa gloriosa época donde el fútbol era puro y noble. Hay uno en concreto del que voy a hablar y que se está convirtiendo en una figura perdida: one-club man.

A club-man, para quien no lo sepa es un término inglés que traducido literalmente significa: hombre de un solo club. Se refiere a jugadores que se forjan y juegan en un mismo equipo durante toda su carrera. Jugadores que, en su mayoría, rechazan ofertas mejores solo por seguir luchando por su escudo de toda la vida. Qué poquitos quedan de estos. Esos nombres copan los olimpos de las hinchadas de equipos históricos y son recordados por su entrega y dedicación a unos colores que acaban de formar parte de ellos como su misma alma.

Que se lo digan a la Real con Zamora, Olaizola, o Urreisti, a los culés con Xavi, Puyol o Valdés, a los madridistas con Sanchís o a los atléticos con Luis Aragonés. La Catedral suspiró en su adiós al recordar a hombres como Francisco Rojo o Urrutia, los gunners londinenses han visto a Adams jugar toda su vida para el Arsenal y jugadores como Giggs, Neville o Gerard dan clases magistrales sobre lo que significa la palabra fidelidad.

Es cierto que se recuerdan los nombres de cracks pero hay que recordarle a las estrellas que tras ellos vendrán otros y quizás sean mejores. Que para dejar huella, el camino más fácil es conseguir una oportunidad en el equipo de tu corazón y dejarte el escroto por defenderlo. No hay afición más entregada que la que ve a un jugador hacer lo que ella misma haría de poder pisar el césped y no hay orgullo más fuerte que el de hacer feliz a la gente que siente exactamente igual que tú.

Una pena que hablemos de estos hombres en pasado. Una pena que los club-men empiecen a ser una figura perdida.