Inicio Opinión Francisco J. López Florentino Pérez: lógica mercantil y valores madridistas. Una aproximación desde la ética

Florentino Pérez: lógica mercantil y valores madridistas. Una aproximación desde la ética

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efe florentinoFrancisco Javier López Frías.
Doctorando en Ética del Deporte. Departamento de Filosofía Moral de la Universidad de Valencia.

Hace unas décadas, el filósofo norteamericano Alasdair MacIntyre entró en la escena filosófica con uno de los libros más influyentes en filosofía moral y política del Siglo xx: Tras la virtud. Aquellos que nos dedicamos a eso que se ha venido a llamar como “ética del deporte” conocemos bien esta obra, pues la utilización de la célebre distinción macintyreana entre “práctica” e “institución” se tornó el pan nuestro de cada día en esta disciplina. Aunque algunos hemos atacado el uso de esta distinción, es cierto que resulta muy útil a la hora de captar qué supone realizar un análisis ético del deporte.

Para MacIntyre, práctica es “cualquier forma cooperativa de actividad humana socialmente establecida mediante la cual se realizan los bienes internos a la misma en busca de los modelos de excelencia que le son propios”. A su vez, la institución la forman aquellas organizaciones que hacen posible la práctica a través del establecimiento de normas, tradiciones, competiciones,… Sin duda, el fútbol es una práctica social, y los clubes aquellas instituciones que le dan vida. En este sentido, puede decirse que hay dos tipos de bienes vinculados al fútbol como práctica social: aquellos intrínsecos, relacionados con su forma particular de ser, por ejemplo, practicar un fútbol virtuoso, y otros externos que hacen las funciones de dar vida a las instituciones: títulos, dinero, etc.

El norteamericano no era ingenuo, y se dio cuenta de que estos últimos son tan necesarios como los primeros. Es decir, la salud de las instituciones es esencial para que la práctica sea posible. Bien lo sabemos los seguidores del fútbol español, que no paramos de ver cómo la calidad de nuestro deporte nacional no para de disminuir debido al mal estado económico del país y de nuestros clubes deportivos: fuga de grandes talentos a otros países, desapariciones de clubes históricos que han dado forma a nuestra tradición deportiva, etc. Florentino Pérez supo ver muy bien esto, pero lo ha llevado a un extremo inaceptable. Lo primero que logró, muy acertadamente, fue sanear económicamente el Real Madrid y convertirlo en una institución robusta desde un punto de vista económico. Sin embargo, tanto primó la importancia de lo económico (de los bienes externos), que los valores de la práctica han quedado olvidados.

La ruina del señorío que debería caracterizar al Madrid puede servirnos como ejemplo. El Real Madrid ya no es un club señor, caballeroso, y ejemplo a seguir, como lo fue en antaño, sino que es un club “ganador de títulos”. Tomando la expresión del sociólogo Max Weber, el Real Madrid “ha quedado desencantado, desposeído de esos valores que lo convertían en algo mágico y mítico”. De hecho, el propio Florentino Pérez reconocía no hace mucho en una entrevista de radio que sabe que el Real Madrid genera más antipatía que admiración a día de hoy. Sin embargo, sigue empeñado en que esto siga siendo así.

Desde su llegada al Real Madrid, Florentino ha gastado más de mil millones en fichajes en su afán por ganar. Esta locura por comprar a los mejores ha introducido en la institución una lógica perversa, casi febril, por ganar títulos a toda costa. Así, el trato cordial con los otros protagonistas del deporte, y la atención a los bienes y tradiciones del fútbol se han olvidado. Aquellos que saben de la importancia de estos valores se lo han hecho saber desde la grada en algunas ocasiones. Recordemos las ovaciones a grandes jugadores como Ronaldinho o, más recientemente, Silva, que muestran el gusto por el buen fútbol que siempre tuvo la parroquia madridista. Sin embargo, la locura por ganar títulos se ha ganado también a gran parte del público, que fue incondicional defensor durante demasiado tiempo del mayor caza títulos que existe en el fútbol mundial: José Mourinho.

El último episodio de esta ruina de valores a la que se conduce el club blanco es el fichaje del jugador galés Gareth Bale. De consumarse, el Real Madrid “robará” de nuevo una estrella a otro club y, lo que es casi peor, pagará una cifra de alrededor de 100 millones de euros, que es insultante para el resto de clubes. Dejo para otra ocasión el debate de si gastar este dinero en un futbolista en los tiempos que corren es moral o no. Sin embargo, lo que sí es seguro es que Florentino va a propinar un nuevo golpe a la base de flotación de los valores madridistas que hace ya muchos años que van a la deriva.

MacIntyre acababa su obra con la siguiente pregunta “¿Aristóteles o Nietzsche?”. Él sólo concebía dos soluciones a la crisis moral que esboza en su libro: comunitarismo o individualismo. En mi caso, no creo que las cosas sean cuestión de blanco o negro; la pregunta de MacIntyre no tiene sentido, al igual que no lo tendría preguntarse “¿bienes internos o externo? ¿Valdano o Florentino?”. Sin embargo, ya advertía Platón que el mercader no es un buena gobernante para la República pues sólo sabe de comercio y poco de valores que han de dirigir los proyectos comunes. ¿Hasta dónde van a dejar sus aficionados madridistas que la lógica mercantil de Florentino Pérez conduzca a su equipo?