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El Bayern revienta el muro de Mou

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bayern neuerNo defraudó la final de la Supercopa de Europa. El Bayern de Munich logró el título en los penaltis después de remontar ante el Chelsea en el último minuto de la prórroga. Fernando Torres adelantó al club inglés en el 7′ y Ribery empató en el 46′. Entonces el partido se fue a la prórroga y Hazard marcó para los Blues en el 95′. Cuando la hinchada londinense cantaba victoria después de aguantar milagrosamente al asedio bávaro, Javi Martínez, que salió durante la segunda parte, hizo el empate definitivo en la última jugada del partido. Ya en los penaltis, todos los jugadores transformaron sus lanzamientos salvo Lukaku, que erró el último y sirvió la Supercopa al Bayern de Pep.

Ganó el Bayern al Chelsea y ganó Guardiola a Mourinho. El reencuentro de ambos técnicos volvió a enfrentar dos visiones totalmente opuestas de un mismo deporte. Pep quiere instalar -o consolidar- en Munich una filosofía con la que deslumbró al planeta fútbol durante su etapa en el Barcelona, mientras que Mourinho pretende devolver al Chelsea a la élite mediante la solidez defensiva y un contragolpe letal. Este fue el guión de una final apasionante e igualada que terminó ganando el equipo que más atacó.

La propuesta del Bayern fue buscar la Supercopa a través de la posesión. Dominó y controló el ritmo del partido desde el principio, sin embargo, Fernando Torres (que volvió a marcar en otra final) se encargó de sembrar las dudas a los siete minutos después de resolver dentro del área una jugada trenzada a la velocidad de la luz. El fútbol de Mou se adelantaba y el golpe noqueó a un Bayern que no encontraba el camino. La primera parte estuvo marcada por la solidez inquebrantable del Chelsea y un conjunto alemán inoperante. Pero tras el descanso, Ribery se filtró hasta el balcón del área y se inventó un zapatazo que empató el partido en el 46′. El francés celebró así su nombramiento como mejor jugador de Europa y reactivó a su equipo.

La segunda parte y la prórroga fueron un asedio alemán sobre la portería de Cech. El portero checo mantuvo en pie a un Chelsea que pedía la hora y el aliento de su grada. Sin embargo, y aún después de que Ramires fuera expulsado en el 87′ por doble amarilla, el equipo de Mourinho volvió a adelantarse con gol de Hazard. El fútbol volvía a dar la espalda al equipo que proponía y elaboraba. Una vez lo dijo Di Estefano: «Es más fácil romper una silla que fabricarla». Pues eso, el Chelsea ganaba por la vía rápida y sencilla mientras que a Guardiola volvía a quedarle cara de injusticia. Pero el Bayern no cesó, bombardeó el muro británico y acabó encontrando el premio. Javi Martínez marcó en la prolongación de la prórroga y condenó el partido a los penalties. Lukaku erró, paró Neuer y el Bayern ganó otro título.