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Genio y figura

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Fernando AlonsoHasta la sepultura. Ferrari no sabe cómo competir a los genios de la aerodinámica, y nos movemos en tiempos en los que la fiabilidad mecánica y el aprovechamiento de las gomas se supone, como el valor en el militar, y es parejo a los equipos punteros. En territorio Red Bull (aquellos circuitos en los que prima la supremacía de la ingeniería del viento), gana Vettel; a Webber no le dejan competir dignamente, no le dan los avances y la dictaduras partidistas e interesadas provocan que la limpieza de la Fórmula 1 la alejen del concepto de deporte.

A este respecto, cualquier lector que se autodenomine imparcial y objetivo puede recordarme cómo en cualquier equipo siempre hay un líder y un escudero, y aquél será siempre por el que los destinos de la escudería debe primar; a lo que yo le puedo recordar aquellos tiempos de los mayores e más intensos duelos Hamilton-Alonso, en los que el piloto inglés era el niño mimado y gran beneficiado (para luego mira el pago que les dio a sus “amos” dejándolos tirados en cuanto el aburrimiento de la no competitividad ventajosa interna, hacía acto de presencia).

 Y, volviendo a los circuitos del mundial, ahora resulta que en los circuitos proclives a la forma de “circular” Ferrari, también le saca medio segundo por vuelta el dichoso alemán. Me gustaría haber visto a Alonso con el bólido de Michael Schumacher, en ese tiempo en el que la dictadura alemana, debida a la gran ventaja de fiabilidad y de maquinaria, estaba bien vista. Porque Alonso, parece que te has equivocado de época en tu irrupción en la Fórmula 1, y cada cambio de normativa, cada sanción, cada límite legal, están destinados a limitar y ahogar todo el talento superior del español. Quizás el señor Ecclestone haya tenido un turbio pasado con algún agente español, o su hija, incipiente en el mundo del estrado público, se las haya visto con algún español de postín y le haya dado calabazas de esas de la Mancha. Porque otra cosa no entiendo si no. Si Ferrari domina los neumáticos blandos, cambiamos los compuestos, si llegamos al límite mágico de la flexibilidad del alerón (por el que Red Bull tiene 3 títulos), cambiamos las reglas; similar sucedía con Hamilton, si trasgredía una norma, se le advertía. Y, a la siguiente, sancionaban a Alonso.

                En la clasificación de ayer, Ferrari tuvo que ingeniárselas (de ingeniería) para arañar unas décimas al crono, y usar una táctica hasta ahora poco común: lanzar delante a Massa, que ya poco tiene que rascar la criatura, para aprovechar el rebufo y engañar al túnel del viento. Pues hasta para eso parece que nos crecen los enanos. Lo lanzaron demasiado pronto, con tráfico por medio, y sin poder usar la táctica previamente pactada…. Y el asturiano, sincero, honesto y claro, usó una expresión en italiano que ha dado lugar a controversia: “«Entonces, ¿lo dejo pasar? Realmente sois unos genios/tontos. Madre mía chicos», se escuchó por radio. ¿»Scemi» o geni»? ¿»Tontos» o «genios”?. «La palabra era genio», aclaró Alonso a la prensa. Prensa que, en vez de darse cuenta que el tono empleado es el mismo que cuando mi esposa me dice “que listo eres”, busca la etimología y morfo sintaxis en arma arrojadiza. O nos ponemos las pilas, o esto terminará como una película: “dos genios muy…tontos”.