El Real Madrid no pudo pasar del 2-2 en el Madrigal ante un valiente Villareal. El partido traía más novedades de las comunes, el debut de Bale, el de Illarramendi y la gran incógnita de si se vería una rápida adaptación o no. Bale demostró que es un futbolista diferente, de los que arreglan partidos y de hecho marcó el gol del empate. Illarramendi tras salir de la lesión tuvo que enfrentarse al problema de acoplarse en el campo, ambos aún perdidos pero que no tardarán en amoldarse a este nuevo Real Madrid.
Un partido frente al Villarreal nunca es un paseo y ayer lo demostraron con un juego valiente y atrevido frente al Madrid. El primer gol fue de ellos a los 20 minutos de Cani, algo que desarmó por completo a los de Ancelotti que reaccionaron con un tanto de Bale, el primero como futbolista madridista. Cristiano que empezó algo desaparecido fue reencontrándose con los minutos y desplegando su juego. El luso no quería quedarse atrás y suyo fue el gol que los ponía por delante en el marcador. Los amarillos no tardaron en despertar y Giovani pocos minutos después marcaba el último y definitivo gol del empate.
A partir del empate empezó el show de Diego López con numerosas paradas que salvaron al Madrid de perder el partido, una actuación memorable del meta gallego. Un empate que supo amargo, más para el Madrid que para el Villarreal aunque no mucho más. Aún se hacen visibles los desconciertos de principios de temporada para los blancos que el martes tienen otra cita, esta vez en Champions.
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