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Me gusta el fútbol (II)

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Rafael Rebollo. Catedrático Acreditado de Derecho Penal.

Universidad Autónoma de Barcelona

Neymar y Messi 2Sí, me gusta el fútbol…no lo puedo evitar,  a pesar de los pesares  o de la  inexplicable situación de los denominados  esclavos del mundial de Qatar.  A finales del mes de Septiembre apareció un reportaje sobre ello en el diario británico The Guardian. La noticia  encontró un cierto eco en los medios de comunicación aunque, poco a poco, se ha ido diluyendo como un azucarillo: se trata de la denuncia de la Confederación Sindical Internacional sobre las condiciones de esclavitud a las que están sometidos los trabajadores que construyen las instalaciones para el Mundial del 2022.

 Qatar es un riquísimo Emirato del Golfo pérsico en el que el Emir Hamad bin Khalifa al Thani obtuvo el poder en el año 1995 mediante un golpe de estado contra su padre. Sin embargo, más que ese dato, lo que me preocupa es que se trata de un país en el que se suceden una serie de violaciones intolerables para los derechos humanos, donde impera la ley islámica, un país sin libertades civiles, un país donde las mujeres son discriminadas hasta extremos inconcebibles, como así lo recoge Amnistía Internacional en su informe anual de 2010. Un Emirato donde se ejecuta la pena de muerte, en el que las penas de flagelación son ordinarias, donde se persigue a los colectivos de gays y de lesbianas o en el que las empleadas  domésticas están especialmente expuestas a la explotación, a la violencia física, a la sexual, y, así, hasta un largo etc.

Eso sí, Qatar tiene muchísimo dinero, es un país  inmensamente rico, hasta el punto de que en el año 2010 le fue asignado la organización de la Copa Mundial de fútbol 2022. Seguramente los dirigentes que adoptaron la decisión eran perfectamente conocedores de las condiciones  políticas de Qatar, pero como el mismo Presidente de la Fifa admitió recientemente:   “Hubo influencias políticas directas. Hubo jefes de gobierno europeos que le recomendaron a sus compatriotas que podían votar, que votasen por Qatar, porque están ligados a ese país por fuertes intereses económicos, declaró el dirigente al diario alemán Die Ziet”, para añadir más adelante la misma noticia de prensa, que, Platini votó por Qatar tras mantener una reunión con el Presidente Sarkozy y el Jeque qatari (www.enelareachica.com, 18 de septiembre 2013).

Pues bien, en ese contexto se iniciaron las obras para la construcción de las instalaciones que van a albergar el Mundial de 2022. La previsión es que se celebre en verano con unas temperaturas inhábiles para la práctica del fútbol, realmente peligrosas para los jugadores. Fechas sobre la que los futbolistas ya han expresado reiteradamente  sus reservas y sobre las que planea la incertidumbre. El único candidato a la presidencia del Sindicato Mundial de Futbolistas, el francés Philippe Piat, no descarta un boicot al Mundial si se disputa en verano. Por ello se habla de un cambio de fechas, aunque es manifiestamente incompatible con los calendarios de las ligas y, como dice el Sr. Blatter: “ahora es un problema sin solución”, pero, si es así y todo el mundo lo sabía ¿porqué votaron a ese país?.  Conociendo la tradición de dirigentes de la FIFA, como el Sr. Joao Havelange, el Sr. Ricardo Teixeira o el Sr. Antonio Leoz (todos ellos encontrados culpables de aceptar pagos ilegales del exsocio de marketing de la Fifa, ISL), creo que no es demasiado aventurado inferir cuáles fueron los motivos reales de esa decisión.

Pero, más allá de la designación de Qatar como anfitrión del Mundial del 2022, o de las inconfesables razones que motivaron su elección, lo que me inquieta soberanamente son las acusaciones de esclavitud a las que están sometidos  los trabajadores que construyen los nueve estadios que se levantarán para la cita y que moverán –sólo en infraestructuras-  100.000 millones de dólares. Afirma The Guardian que: los obreros trabajan a pleno sol, a 50 º C, con los salarios retenidos durante meses, sin acceso a agua potable gratuita, sufren hambre, viven en casas superpobladas, sin ninguna condición sanitaria. El resultado, según asevera la embajada de Nepal en Qatar, es que 82 trabajadores nepalís han muerto en las obras durante los primeros cinco meses de 2013. Es más, de mantenerse esas condiciones de trabajo Sharn Burrow (Secretaria General de la Confederación Sindical Internacional), estima que podrían morir 4.000 trabajadores en las obras de construcción. ¿Y la FIFA?, ¿qué dice sobre ello?, pues. ..”la FIFA dijo la semana pasada que planteará la cuestión de los derechos laborales con las autoridades de Qatar…” (mexico.cnn.com/deportes, 3 octubre 2013).

En fin…sin comentarios.

Aunque, una vez dicho lo anterior, no puedo dejar de mencionar el vínculo entre el Barça y Qatar por el patrocinio de su camiseta; primero, con la Qatar Foundation, presidida por la mismísima esposa del Emir; desde el 1 de julio con Qatar Airways. ¿La razón de ello?. Es simple: 100 millones de euros en tres años. Eso sí, en el reverso de la camiseta siguen mostrando las siglas de UNICEF. Como decía Molière: la hipocresía es el colmo de todas las maldades.