El nuevo Sevilla con catorce nuevas incorporaciones, algunas de ellas de alto standing, se encuentra compitiendo desde principio de agosto, lo que significa que inició su pretemporada en julio.
Por lo tanto el equipo lleva conjuntándose prácticamente cuatro meses y a excepción hecha de la competición europea en la que participa, cuyos encuentros se cuentan por victoria, si bien los equipos a los cuales se ha enfrentando son de segundo nivel, las sensaciones en la liga son malas, malas sin paliativos.
Tenemos que olvidarnos de las lesiones y por supuesto de que no vencemos fuera de casa hace más de un año.
El discurso de Emery, cada semana diferente, ya no convence y los aficionados empiezan a no aceptar lo que está ocurriendo, especialmente debido a las expectativas que se crearon a principio de temporada en función de los fichajes realizados.
¿ Puede ser que los jugadores no saben a a qué juegan? puede ser; esta semana ha tocado jugar en Valladolid con siete jugadores de corte defensivo, ¡ tres centrales y Alberto Moreno de carrilero! pese a lo anterior, el equipo recibe dos goles en menos de cinco minutos. En esta dinámica cabe preguntarse ¿ qué hará Emery la próxima semana?
En el discurso tras el partido de Valladolid ha tocado decir que ¡Hay que reflexionar! ¿ sobre qué? pues la Cuaresma queda aún lejos.
A este paso y pese a que el proyecto es a tres años, en esta liga sólo optaremos a estar salvados en la jornada treinta y cinco…mala cosa.
Mucho me temo que entre reflexión y reflexión, Monchi tendrá que ir pensando a quien le toca ahora ponerse al frente del equipo y, espero que algún día los aficionados tengamos la dicha de conocer cuales son los motivos por los que Caparrós aún no se ha convertido en nuestro Alex Ferguson.
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