Diego Costa es el delantero de moda. Negredo se reivindica en cada oportunidad y parece que tiene un pie en Brasil. Se habla de Soldado, de Villa… y, de repente, vuelve Torres. Anoche, el delantero español guió al Chelsea de Mourinho hacia la victoria ante el Shalke.
Abrió la herida a los cuatro minutos de juego. Lampard botó un córner que encontró la cabeza de Ivanovic, éste peinó hacia atrás y en el segundo palo apareció Fernando Torres para encarrilar el partido. Más tarde y fiel a su estilo, Mourinho gestionó la ventaja retrasando sus líneas y cediendo terreno al Shalke, así que los alemanes, que están más limitados pero son gente valiente, se lanzaron a por el empate alentados por su público.
El Chelsea anduvo entonces a la deriva y a merced de un heróico Peter Chech, pero entonces volvió Fernando. Primero estrelló un cabezazo en el larguero y después destrozó al Shalke al resolver un contragolpe orquestado por Óscar. Torres cerró así una actuación memorable que dio los tres puntos al Chelsea gracias a sus dos goles. El tercer tanto de Hazard fue anecdótico.
Por si alguien lo había olvidado, Fernando Torres sigue merodeando por las Inglaterras y parece predispuesto para volver a la Selección. El amuleto de las finales no ha perdido olfato y reclama el 9 de España. Quiere viajar a Brasil. Problemas para Del Bosque, bendito problema. Ha vuelto el que faltaba.
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