El Real Madrid ha vencido por 2-3 al Rayo Vallecano. Tras la locura vivida el otro día en el Santiago Bernabéu ante el Sevilla parecía difícil que tal locura se volviera a repetir. No llegó a ser igual pero parecido. El Real Madrid tuvo una primera parte cómoda con el protagonismo asumido por la pareja Cristiano-Bale, cada día más unida y más letal para los equipos contrarios. Benzema volvió marcar y jugar un buen partido.
Cuando el Madrid parecía tener controlado el juego, dos penaltis cambiaron la tónica del partido y sirvieron para reavivar a un Rayo que jugó mejor que el Madrid en la gran mayoría del partido. A pesar de ello no pudieron completar la gesta de por lo menos sacar un empate, Diego López y el palo salvaron a un Madrid que hace aguas en defensa.
Primera parte de asalto madridista.
El partido se inició de cara al Real Madrid, a los tres minutos Cristiano ponía a los suyos por delante. El luso tiró un caño a Gálvez se plantó delante de Rubén y se la cruzó sin posibilidad para el meta del Rayo. Poco necesita Cristiano para hacer un gol y menos al Rayo, cada visita que hace a sus vecinos siempre consigue encajar algún gol. El dominio del Madrid iba por rachas y el del Rayo era permanente, los de Paco Jémez dominaban el balón y conseguían acercarse a la portería de Diego López pero ni la suerte ni el acierto estaban de su lado.
A la media hora de partido Bale cabalgó como nadie sabe por la banda derecha y puso un centro perfecto con su pierna derecha a la cabeza de Benzema que no perdonó. Jugada rápida de esas que gustan al Madrid, Bale ya demuestra porqué le fichó el Real Madrid. No hay equipo que pueda parar los ataques madridistas. El Rayo siguió dominando pero con miedo a los arranques del Real Madrid.
Locura en Vallecas.
El inicio de la segunda parte tampoco trajo ninguna buena noticia para los locales, a los 5 minutos volvió a aparecer Bale, esta vez con la izquierda asistió a Cristiano y el luso la reventó en la portería de Rubén. Un gol que deja ver una pareja de auténtico miedo en el mundo del fútbol. Con el 0-3 en el marcador nada hacía presagiar lo que se avecinaba, el Rayo empezó a cobrar más y más protagonismo y en menos de 2 minutos tuvo dos penaltis a favor, los dos claros y los dos transformados por Jonathan Viera.
Los locales estaban a un solo gol de empatar el partido después de verse perdiendo por 3 goles de diferencia. La afición estaba enloquecida y creía en la gesta de sacar algún punto contra este Real Madrid. El Rayo avasalló al Madrid e hizo trabajar a Diego López y al palo que evitaron en innumerables ocasiones el gol del empate. Había tiempo más que de sobra por delante pero las plegarias de cientos de rayistas no se cumplieron y se quedaron con la miel en los labios.
El marcador no se movió y el Madrid consiguió tres puntos importantísimos y difíciles visto lo visto sobre el terreno de juego. El juego madridista ha mejorado considerablemente pero las lagunas defensivas aún sigue siendo un lastre que hace que el Madrid encaje tantos goles. El Rayo, si el fútbol es justo, terminará encontrando una posición acorde a su buen juego.
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