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El Atlético a lo suyo

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mosaico atleticoNueva victoria del Atlético de Madrid que al derrotar por dos a cero al Athletic Club engrosa el pleno de victorias en casa esta temporada y sigue a un punto en Liga del FC Barcelona. Los del Cholo Simeone se encontraron mucho más que cómodos en un partido que manejaron a placer. Primero David Villa y más tarde Diego Costa trasladaron al marcador lo acontecido sobre el césped. Los de Valverde fueron poco más que testigos en el día en que el club de la ribera del Manzanares hacía un homenaje a sus peñas.

A esa hora en que lo niños pueden dejar de jugar para acudir al estadio. Cuando los intereses televisivos no priman sobre los del aficionado se suele ver el fútbol envuelto de un precioso ambiente y eso es justo lo que ocurrió esta tarde en el Calderón. Día de las peñas rojiblancas miles de niños, miles de chavales en las gradas y un estadio que alzaba un mosaico compuesto por 50.000 cartulinas que rezaba, en blanco, las siglas ATM sobre un fondo rojo. Comenzaba el partido entre los tocayos con un choque en la medular que dejaba desabastecidos a los atacantes. Esta igualdad no pasaría de mera ilusión.

El Athletic contaba con más posesión debido a que Valverde introdujo un hombre más que el Cholo en el centro del campo. Lo que no sabía el Txingurri es que el argentino le dejaba a propósito ese espacio para esperarlo agazapado y matarlo a contra. El Atlético parecía uno de esos miles de niños que se sentaban en el Calderón con sonrisa pícara. Los colchoneros esperaban atrás a que el Bilbao sacase el balón de la zona de tres cuartos y justo cuando lo hacían se abalanzaban como auténticas fieras oliendo el miedo de su presa. Solo Iraizoz contuvo en principio las acometidas apaches hasta que un asturiano dictó sentencia.

El Guaje ponía el primero en el marcador, cuando apenas se llevaba media hora transcurrida,  al enganchar de volea un balón que le venía llovido tras un mal despeje vascos. Las cientos de banderas españolas que lucían en el fondo sur del Caderón no tendrían que esperar mucho más para observar a su equipo asestar el segundo golpe. Esta vez el encargado sería Costa. Galopada rápida entre el central y el lateral, haciendo honor a su mote de Pantera, y definición perfecta tras un recorte que lo dejaba solo ante el meta visitante.

Con el trabajo hecho la segunda parte fue un mero trámite en el que la fiesta anduvo más por la grada, que no paró de animar ni un solo minuto, que por el césped. Los del pecaron de una de sus mejores virtudes: el valor de equipo. Una jugada de este segundo tiempo resume una de las claves de este equipo, que no es otra que el compañerismo. Costa se conseguía plantar solo ante Gorka, gracias a un fallo de San José, y aunque el brasileño se está disputando el pichichi con Cristiano le dejaba el balón a Gabi. El capitán no tiene la ocasión de hacer muchos goles y la podría haber reventado fácilmente pero en vez de eso se la pasó a Adrián que venía por la izquierda. Finalmente el asturiano se encontró con el soberbio paradón de Gorka pero la imagen que daba el equipo es de que mientras se sigan viendo acciones como esta, en las que el equipo prima por encima de cualquier individualidad el Atlético, seguirá a lo suyo: ganando.