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Gris oscuro al trasluz

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imagesCAT58KS2Líderes en Liga y en Champions, la vida hasta hace una semana en Can Barça ha transcurrido más entre loas y alabanzas que entre dudas y lágrimas. Sólo las preocupantes recaídas de Leo Messi han enturbiado el prometedor presente del equipo. Obviando la herida abierta del 10, lo demás funcionaba sin objeción. Victorias holgadas, jugadores revitalizados (Alexis, Cesc, Bartra, Valdés), estrellas fulgurantes (Neymar), retornos esperados (Puyol) y un entrenador capaz y dialogante, llegado a no tocar las raíces del estilo, sino a aportar variantes para prolongar la hegemonía. El destino sigue apostado del lado blaugrana para gozo del Camp Nou. El club y su secretaría técnica hacen bien las cosas. Además, el eterno rival, a pesar de sus desembolsos, sigue a la estela, viendo la matrícula azulgrana, como diría su gran capitán.

Pero eso era con el viento a favor, ahora que la meteorología se torna en contra, se observa la realidad, las hechuras mal cosidas del campeón en su deseo de perpetuarse. Y esta no es otra que la de un equipo que tocó techo hace dos años y que, en declive, no ha sabido reforzarse adecuadamente (para variar). Jugadores lejísimos de ser referentes en sus puestos (Piqué, Mascherano, Adriano, incluso, aunque duela, Xavi). Sin gol, de nuevo sin gol, tema sangrante que debería haber dado ya con los huesos de alguno(Zubizarreta) en el INEM, sin contar con la salida de Thiago, el jugador que debería estar sustituyendo a Xavi en un momento en el que el de Terrasa está muy por debajo de su nivel. Pero no, Thiago juega en el Bayern ahora. Se recibió una buena cantidad de dinero, imagino que empleada para menguar la deuda,  porque en el césped no se invirtió, dado que a Neymar se le fichó mucho antes de vender al hijo de Mazinho. Por lo tanto, no hay substituto, ya que Sergi Roberto es otro tipo de futbolista.

La estrella a día de hoy del Barcelona es Alexis Sánchez. A partir de aquí, que cada uno saque sus conclusiones. Desde la portería a la delantera, la plantilla se desangra, negligentemente  estructurada. Con Pinto, el aficionado culé se eriza en cada acción, comido por el desconcierto; la defensa, incluso con la vuelta del capitán Puyol (una sombra a día de hoy del que fue), es inestable y falible. Hablar de Xavi e Iniesta ya no es sinónimo de controlar un partido, y en punta, al no haber ni un mísero delantero centro, la ausencia del elegido de Rosario sucumbe al plantel en una desesperación traducida en un par de disparos a puerta por partido. Paupérrimo.

Esta reflexión no viene producida por ningún calentón, es una impresión creciente desde hace meses que ni los actuales lideratos, ni la Supercopa de España lograban espantar. Es realmente difícil de creer y aceptar que todas las cabezas pensantes en el club no vieran como una locura apostar por Cesc como delantero centro si Messi faltaba. Pensar que así se va a ganar la Champions es de juzgado de guardia. No han aprendido en absoluto del escarnio del Bayern.

Pero es lo que hay en la actualidad. La realidad al trasluz, más allá de los nombres y de sus currículums. Pero la culpa la tienen los que visten de traje y corbata, además de la del entrenador, si es verdad que no se impuso en sus peticiones. Llueve sobre mojado. Sin embargo, se ha renovado a Zubizarreta hasta 2016. Ver para creer.