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Empate conformista en Nervión

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EFE Alberto Moreno De Marcos Sevilla Athletic Pedro Carmona / Fernando Alcalá-Zamora. Sevilla. Sevilla FC y Athletic Club han empatado (1-1) en el Ramón Sánchez-Pizjuán en un partido de gran intensidad y disputa en toda la parcela ancha del campo. Alberto Moreno y Susaeta firmaron los goles, ambos en los primeros compases del choque.

 En el partido que enfrentó cara a cara a Unai Emery y Ernesto Valverde la batalla se libró en la zona central del césped. El Athletic con una predisposición clara de hacerse con el control del esférico por un lado, y el Sevilla con la intención de contener el fútbol de los visitantes y asestar golpes contundentes mediante la potencia de Bacca y la velocidad por bandas por el otro.

 Con el marco de acción definido, a los jugadores que ocuparon las posiciones centrales les recayó el papel de protagonistas, y cumplieron con solvencia los requerimientos de la trama. Del lado local, el despliegue de M’Bia en el pivote y la posición adelantada de Alberto Moreno permitieron al Sevilla dar respuesta a las acometidas rivales. El canterano, además, firmó el primer gol para adelantar a su equipo tras una jugada de estrategia trazada en la pizarra de Emery.

 Tan solo unos minutos después, como si de la presentación de una función se tratase, saltaron a escena el resto de protagonistas, esta vez los de la fila visitante. Iturraspe y Mikel Rico desde el comienzo tuvieron como cometido controlar la medular del campo, encargándose de presionar y dar salida al balón a partes iguales. A su vez los atacantes, liderados por el infatigable Gaizka Toquero, completaban el sistema de presión que en el minuto seis dio sus frutos. El esférico fue pasando de jugador en jugador sevillista hacia atrás, hasta llegar al guardameta Beto en condición comprometida. Allí acechaba Toquero, que metió la bota en busca de la fortuna y obtuvo el premio deseado para después servir en bandeja el gol a Markel Susaeta.

 El extremo del Athletic sería a la postre el encargado de culminar su particular tragicomedia, de nuevo con el portugués Beto compartiendo la atención de los focos. Sucedió al borde del descanso, cuando en el graderío ya comenzaba el trasiego de aficionados en busca de refrigerios para amenizar la pausa.

 En acto casi fortuito, un balón caído del cielo golpeó a Bacca en el brazo –o viceversa- y el asistente decretó penalti. Al lanzamiento acudió el goleador vasco y con su disparo amplió más aún el nefasto ratio de acierto de su equipo desde la pena máxima. Gran parte de la culpa la tuvo el cancerbero, pues la magnífica estirada que valió para desviar el balón dejó boquiabierta a la parroquia sevillana.

 En la segunda mitad Emery intentó recuperar el terreno perdido en el centro del campo dando entrada a Iborra para recuperar la fructífera pareja que conforma junto a M’Bia. Ello aumentó la solidez de los suyos, aunque el balón siguió surcando el campo entre piernas visitantes. Las combinaciones veloces de los vascos, donde destacaron Iker Muniain y Ander Herrera, encerraron por momentos al Sevilla. Sin embargo, la zaga local encontró en Fazio una tabla de salvación para frenar el avance de los leones y el luminoso ya no se movió.

 Con el paso de los minutos, tanto unos como otros optaron por cerrar filas para evitar la debacle final tras el esfuerzo realizado y el reparto de puntos fue visto con buenos ojos. Al Sevilla el empate le alza hasta la séptima posición en la clasificación mientras que al Athletic le vale para mantener su valiosa cuarta plaza, por lo que ambos caminan tras su enfrentamiento directo firmes en su objetivo: Europa.