Sin alardes, sin muchos excesos pero controlando el partido, así pasó el Madrid a las semifinales de la Copa del Rey tras ganar por 1-0 al Espanyol gracias a un gol de Jesé. La verdad es que tampoco les hizo falta mucho más a los blancos, faltó brillantez pero hubo aplomo para dar esa seguridad que quizá otros años, ya hace unos cuantos, no había. Jesé no perdona, está decidido a pelear por un puesto en el once y hoy volvió a marcar aunque eso si, el gol vino precedido de un pase de esos que merecen ser ejemplo de perfección en las escuelas.
El mejor del Espanyol fue Casilla y eso no dice mucho a favor de los catalanes. Cristiano libró una batalla personal con el meta perico al cual no fue capaz de vencer y mira que lo intentó. Y hablando de porteros, Iker Casillas ha vuelto a coger el bolígrafo para escribir su nombre en la historia del Real Madrid batiendo el record de imbatibilidad que ostentaba Paco Buyo, fíjense como es la vida, cuando peor parece que están las cosas se consiguen los retos más bonitos y a la vez difíciles.
La eliminatoria perdió emoción demasiado pronto, a los siete minutos Xabi pensó antes que los demás y puso un pase de maestro para Jesé que con la calma de un veterano metió la pelota en la portería confirmando lo que muchos ya saben y algunos ya empiezan a sospechar, este chico vale para jugar en el Real Madrid. Las puertas ya se habían cerrado para el Espanyol que en ningún momento enseñó los dientes al Real Madrid, Casilla fue el único que estuvo a la altura y evitó la goleada local. Sergio García quería mostrarse pero estaba abandonado en una isla que rodeaban tiburones blancos y las opciones eran nulas.
En medio del barullo entre Arbeloa y Xabi Alonso, ambos tuvieron una bronca porque el lateral dejó solo a Sergio García. Pizzi se aprovechó de ese encontronazo entre amigos para generar algunos impulsos de vida, insuficientes para incomodar a Casillas. Victor Sánchez vivió la injusticia en su propia carne, Teixeira lo expulsó porque si, porque le apeteció. Mientras tanto los minutos corrían pero la emoción brillaba por su ausencia. Lo único destacable el pique ‘sano’ entre Cristiano y Casilla, uno intentando marcar y el otro luchando porque no lo hiciera. Casilla salió vencedor del duelo y se pudo marchar con un buen sabor de boca.
El Madrid dominó el partido y sin excesos consiguió plantarse en las semifinales de la Copa del Rey. Quizás ya a partir de aquí no sea tan fácil para los blancos solventar las eliminatorias.
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