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Pólvora mojada

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jaen entrenamiento2Álvaro Ferrero.- Últimamente el balón no quiere entrar en las porterías del Estadio de La Victoria. Ya son 322 minutos los que acumula el Real Jaén sin hacer saltar de alegría a sus aficionados en casa, sin alojar el balón en la red. “Un partido sin goles es como un domingo sin sol”, decía el mítico Alfredo Di Stéfano, acostumbrado a marcar tantos día sí y día también. Según este símil de la “Saeta Rubia”, en el Estadio de La Victoria reina la penumbra desde el 15 de diciembre del pasado año, porque los tres últimos encuentros en el feudo blanco han terminado con el marcador inalterado, prueba de que al Real Jaén le está costando Dios y ayuda ver portería contraria. “El día que acertemos a meter el balón en la red ganaremos más partidos”, comentaba Manolo Herrero tras el encuentro ante el Lugo, disgustado por no culminar el buen juego con goles y, por ende, con victorias, tan necesarias en una categoría tan dura e igualada como la Liga Adelante.

Y no es que el Real Jaén no sea capaz de anotar (de hecho tiene más goles a favor que el líder Deportivo de La Coruña, 27 por 26 de los gallegos), sino que últimamente la portería se le ha hecho una madriguera al cuadro jiennense. Prueba de ello es que tan sólo ha logrado dos goles en los últimos seis partidos —los anotados en Mendizorroza que supondrían la última victoria blanca—, unos guarismos escasos para un equipo que depende en exceso del goleador hispano-hondureño Jona.

Sin escuderos ante el gol

El delantero, cedido por el Granada CF, ha marcado 10 goles en lo que va de campeonato y es el quinto máximo goleador de la categoría, pero por detrás no hay nadie que secunde al ariete blanco, alguien que saque las castañas del fuego cuando la situación lo requiera. Víctor Curto y el añorado Óscar Quesada han marcado 4 goles cada uno, mientras que Fran Machado ha visto puerta en tres ocasiones, todos ellos muy lejos de las cifras de Jona.

Diego Cascón se fue a Hong Kong sin haber marcado un solo gol en los pocos minutos con los que contó, y en su lugar ha llegado el madrileño Álvaro Montero, que viene con la vitola de gran goleador, ya que ha marcado nueve tantos en diecinueve partidos con el Zamora CF en la presente campaña. Bienvenidas sean sus cifras.

Los goles no llegan y los rivales no esperan. La salvación esta temporada está muy cara —el colista Girona está a dos puntos de la misma— y el sumar de uno en uno no es suficiente, por lo que amarrar los tres puntos en los partidos disputados en La Victoria se antoja fundamental, más aún si tenemos en cuenta los estadios que tendrá que visitar el Real Jaén de aquí a final de temporada (Santo Domingo, Anduva, La Romareda, Riazor…).

El juego desplegado por el cuadro blanco es vistoso, pero con eso no es suficiente. La esencia del fútbol es marcar goles y hacerlo en más ocasiones que tu rival, pero la empresa se antoja ardua últimamente para el conjunto jiennense. En algún momento llegarán los tantos y, como aseguraba Manolo Herrero, en ese caso las victorias llegarán. Cuestión de paciencia.