Daniel Mata.- El Real Madrid esperaba en la final, y el Barça buscaba finiquitar la eliminatoria ante la Real Sociedad, y repetir así el choque entre blancos y azulgranas de la temporada 2010/2011. La renta de la ida de semifinales de Copa del Rey entre azulgranas y donostiarras preveía un partido trámite. Nada más lejos de la realidad. Las gradas repletas de Anoeta creían en la machada, y sus futbolistas casi se lo creyeron. El problema tenía nombre y apellido, Leo Messi. El argentino, en la primera parte adelantó a los culés y dejó sentenciada la eliminatoria. Griezmann, a pocos minutos del final del partido, empató el partido (1-1) y adornó el 3-1 global de la eliminatoria. Habemus clásico.
Los del Tata Martino cuajaron una gran primera parte, con un fútbol control que recordaba a su mejor versión, aquella que encandiló a medio mundo. Un Iniesta recuperado llevó la batuta del medio campo, combinando, creando y repartiendo a sus anchas, con Messi y Cesc como sus mejores socios. Los donostiarras emplearon la misma fórmula de la ida, esperando el fallo azulgrana y aprovechando la chispa y la velocidad de Vela y Griezmann. Pero llegó Messi, el Messi de siempre, con una arrancada desde el centro del campo, cinco jugadores txuri urdin le rodeaban, poco importó. Lo hizo como a él le gusta, como él sabe, en la frontal del área, escorándose hacía la izquierda y soltando el zurdazo. Poco pudo hacer Zubikarai. El Barça marcó y mató la eliminatoria, monopolizando el balón tras el gol y quitando ritmo al partido. La Real se mostró dispuesta a morir con las botas puestas, con un público que no dejó de jalear a los suyos en los 90 minutos. Vela casi logró las tablas, tras un disparo que Pinto rozó y Alves salvó bajo palos cuando el balón entraba llorando.
Los donostiarras ponían el corazón, mientras que el Barça manejaba el partido a su antojo. Messi a Iniesta volvieron a hacer de las suyas, tocando y mareando a la defensa blaquiazul. Poco le faltó al manchego para hacer el 0-2 tras una gran combinación con Leo. De nuevo fue el mejicano Vela el que llevó el susto a la portería visitante en el minuto 55, con un zapatazo que hizo temblar la meta de Pinto. Arrasate lo dijo en la previa: «Hay mucha rabia en el vestuario», y así lo demostraron sus jugadores, mordiendo en cada jugada, en cada contragolpe. Pero había tres goles de por medio, difícil papeleta. Griezmann logró maquillar el marcador, cuando el tiempo no daba para más, tras una gran galopada del Chory Castro que terminó con el latigazo del francés ante el que Pinto solo pudo mirar. El partido terminó con polémica, con una dura entrada de Cesc sobre Canales. Jagoba Arrasate explotó contra el árbitro y le mostró el escudo en varias ocasiones, apelando al honor de su equipo.
Ficha técnica:
Real Sociedad: Zubikarai; José Ángel (amarilla 51’), Ansotegi, Mikel, Zaldua; Gaztañaga (Elustondo 67’), Griezmann, Zurutuza (amarilla 55’), Xabi Prieto (Canales 81’), Vela (amarilla 30’) y Seferovic (Chory Castro 61’).
FC. Barcelona: Pinto; Alves, Mascherano, Piqué, Alba; Busquets (amarilla 26’ Bartra 89’), Iniesta, Xavi (Song 65’); Messi, Cesc (amarilla 89’) y Pedro (Alexis 76’).
Árbitro: Teixeira Vitienes.
Estadio: Estadio Municipal de Anoeta.
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