Real Madrid 3-0 Elche. Tarde templada en Madrid, idónea para disfrutar del fútbol un sábado por la tarde. Los blancos con numerosas ausencias de importancia se medían al Elche en vísperas de la fase clave de la temporada. Ancelotti dosificó al equipo de cara a la Champions y al próximo derbi de Liga. El Elche de Fran Escribá llegaba al Bernabéu con el recuerdo del partido de ida y ese polémico penalti a Pepe que levantó ampollas incluso días después.
El tiempo cura las heridas y la primera parte pareció un pacto de no agresión por ambos equipos. Los blancos tocaban, veían y trazaban estrategias pero no se atrevió a encarar la portería de Manu Herrera. Apenas una ocasión de Bale que se quedó delante del portero gracias a un pase de tacón de Benzema, el galés estuvo lento y le robaron el balón justo cuando iba a disparar. El Elche más centrado en defender que en hacer daño al Madrid aguardó en su campo manteniendo las posiciones y cerrando cualquier posibilidad blanca.
A la media hora de partido cuando más tranquilo estaba todo, un córner a favor del Madrid acabó en las redes de la portería visitante. Illarramendi estaba en la posición ideal, esperando el fallo y lo consiguió. Después de los innumerables cuerpos que atravesó la pelota acabó en las botas de Illarramendi y se atrevió a pegarla desde fuera del área poniendo el 1-0 en el marcador. El público despertó y los jugadores se animaron un poco. Los blancos se fueron arriba pero no tenían prisa y el Elche aguantó los últimos minutos de la primera mitad como si nada hubiese pasado, conservaron las posiciones y no se fueron atrás.
La segunda parte llevaba la misma dinámica que la primera parte hasta que el árbitro encendió al público. Un lance entre Jesé y Botía, el madridista se quedaba solo delante del portero y el defensa le hacía una dura entrada. El árbitro mostró la tarjeta amarilla para sorpresa del público que reclamaba la roja para el defensa del Elche. El ambiente se fue caldeando hasta que Bale asombró a todo el estadio, incluyendo aficionados del Elche. El galés se lo pensó muy poco, armó su pierna y disparó desde su casa haciendo imposible la parada para Manu Herrera, el balón golpeó en el travesaño y se coló dentro. Esta vez los gritos de gol se confundieron con los de ‘oh’ ante la maravilla que acababan de presenciar.
El Elche estaba aturdido y los blancos por fin habían despertado. El conjunto de Ancelotti se fue arriba y estranguló cualquier posibilidad de los visitantes. Isco entró escena y cambió por completo el juego del Madrid, rapidez y elegancia. Salió al campo y demostró la enorme calidad que tiene. Se elaboró el mismo la jugada que supondría el 3-0, el malagueño se metió hasta la cocina y metió el balón por el hueco más difícil entre el palo y el portero. La misión estaba cumplida y el partido sentenciado pero aún había tiempo para una ocasión más, Morata avanzaba solo acompañado de Bale en la otra banda. El canterano quería su gol pero falló en la definición.
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