Inicio 1ª División Por su propio peso

Por su propio peso

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Anoeta derrotaYa no le sorprenden a un servidor los desbarajustes grupales que este Barcelona lleva protagonizando en la Liga últimamente. En el mejor momento de la temporada según no pocos eruditos en la materia (¿?), la caricatura de equipo grande que actuó en Anoeta el pasado sábado se ajusta a los síntomas monitorizados a lo largo de este 2014, véanse: inconsistencia, apatía, descontrol y vulgaridad. Esta última, con especia incidencia en cada acción defensiva que la retaguardia azulgrana enfrenta, no importa el rival ni las circunstancias.

Hoy, el culpable de lo que amenaza con arruinar toda la temporada de los culés es el entrenador. No es así en su totalidad. La apatía y la vulgaridad que se mencionaban en las líneas previas están, en letras rojas, en el debe de los futbolistas. Pero la cruda realidad no ofrece refugio ni coartadas a los protagonistas. Muchas páginas y horas de tertulias se han llenado hablando de la nueva y bienvenida impronta instaurada en el Barça por el Tata Martino. Tan sólo en el primer mes de competición, quien escribe atisbó ciertas particularidades, que simplemente por el hecho de variar el consabido mundialmente estilo blaugrana, aplaudí ante la imperiosa necesidad de evolucionar, de darle continuidad y longevidad a un proyecto reconocible y exitoso. Repliegues defensivos para evitar contras, juego en largo aprovechando los veloces atacantes disponibles, contraataques… Siete meses después, este Barça es el mismo de los últimos años, pero infinitamente peor y más vulnerable. Siguen jugando parsimonioso, desdeñando alevosamente los lanzamientos desde media distancia, sin delantero centro, sin plan B, sin variantes tácticas. En definitiva, no se aprecia en ninguna de las líneas la influencia del nuevo entrenador.

Más allá de lo acertado o desacertado de la formación que alineó el Tata en Anoeta, la plantilla de todo un Barcelona campeón de Liga y aspirante de nuevo al trono europeo debería ser suficientemente consistente para solventar duelos como el del sábado. Dicho en varias ocasiones desde esta tribuna de opinión, las consecuencias de una más que deficiente planificación deportiva (casi la misma responsabilidad en la derrota ante la Real la tiene Andoni Zubizarreta que el Tata o los propios jugadores) quedó tristemente patente. El Barça compite con 14 jugadores de verdadero nivel internacional, esa es la realidad, y por muchas rotaciones previas hechas por el Tata, no le va a dar al de Rosario para alcanzar la medida exigida para alzar los títulos importantes al final del curso.

Síntomas, todos ellos, previamente reconocibles en un conjunto que continúa regalando de vez en cuando actuaciones corales superlativas  pero cuya  verdad cae por su propio peso. Ni la plantilla ni el entrenador han impuesto su criterio, y ambos conviven con el desánimo y la sospecha. El lado positivo de la situación es que, todavía, futbolistas y cuerpo técnico pueden dar un paso al frente y luchar por revertir un panorama que, eso sí, el club deberá acometer a corto plazo si realmente quiere reverdecer no tan viejos laureles.