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El camino de Emery

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efe emerySevilla. El pasado 16 de febrero desde la grada del Sánchez-Pizjuán el murmullo fue creciendo de forma progresiva según se cerraba la noche. Para cuando la luna quedó instalada en lo más alto del cielo de Sevilla, por encima de la Tribuna Este de Nervión, en todo el campo se escuchó un lapidario y repetido “Emery vete ya” dirigido al técnico local, que no dejaba de dar indicaciones a ras de césped.

El equipo de Unai Emery venía de perder tres partidos y ante el Valencia no consiguió romper el empate a cero que anunciaba el marcador. En la rueda de prensa posterior, cuando la calma se apoderó del feudo sevillista, el técnico no dejó de repetir una frase: “hay que continuar”.

Cuando aún no se cumple ni mes y medio de aquella fría noche en la capital andaluza, ya nadie recuerda el eco que desde las tribunas se escuchó. En el mundo del fútbol, donde se vive esprintando, de aquello hace un eternidad.

Entre aquel instante y las horas previas al enfrentamiento ante el Real Madrid, el Sevilla es ahora el quinto equipo con mejor racha del continente en competición doméstica. Sólo Bayern Munich, Liverpool, Paris Saint Germain y Juventus le superan. Al encadenado de un empate y cinco victorias consecutivas, además, se sumó el jueves pasado la clasificación para los cuartos de final de la UEFA Europa League rebasando al Betis. Nadie se acuerda del Valencia.

El mantra de Unai Emery durante toda la temporada ha sido recordar que manejaba un grupo en construcción, en constante búsqueda de su camino, como acostumbra a apuntar. Mientras afuera se desgañitaban perdiendo los nervios, él pidió paciencia y confianza. Hoy, con un Sevilla que suma 47 puntos y duerme acomodado en la quinta plaza de la clasificación –a ocho puntos de la Liga de Campeones, el guipuzcoano sabe que estaba en lo cierto.

El miércoles a la diez de la noche, cuando la luna de nuevo se erija en vigía de lo suceda sobre el césped, el Sevilla se enfrentará al Real Madrid de Carlo Ancelotti sabedor de que su racha puede aumentar. La afición estará con los suyos mientras Emery se enfrenta al gran escollo final. Para los que pueblen las gradas la victoria sería motivo de jolgorio evidente. Para el entrenador sevillista, ‘tan sólo’ la confirmación de haber cumplido su objetivo, encontrar el camino. Nadie recordará cómo terminó aquel lejano Sevilla-Valencia, la señal definitiva.