El Valencia logra llevarse el derbi regional gracias a dos goles de Javi Fuego. Los ches materializaron su empuje durante la primera mitad, luego, un irreconocible Villarreal no tuvo respuesta seria cuando el Valencia le dejó jugar. Sólo Giovani logró poner en el 87’ algo de emoción a un partido apagado en largos tramos del partido.
El Villarreal salió sin chispa en un campo donde no se regala nada. Y menos aún cuando el Valencia se juega media vida en cada partido. Un derbi valenciano en el que el recién ascendido llegaba con alardes de trabajo bien hecho y el sempiterno Valencia aparecía con poco que ganar y mucho que perder. Con la sensación de que once puntos ─los que separarían al equipo de Pizzi de Europa si la Real ganaba mañana y ellos perdían─ serían un vado permanente.
No perdieron. Javi Fuego fue el realizador en un partido apagado. Dos balones sueltos en el área. Uno de zapatazo entre la muchedumbre y otro sólo para empujarla bastaron al equipo del Turia para finiquitar un partido que se entreveía mucho más aguerrido. Sin embargo, el Villarreal no compareció. Adoleció de mala racha, la misma que la del Valencia ─cinco puntos en los últimos cinco partidos─ y se dejó llevar por la corriente.
Sólo Giovani, aprovechándose de un error de Joao Pereira, logró implantar algo de emoción al encuentro. Pero tres minutos no fueron suficientes para un Villarreal sin calentar. A las buenas, el Valencia sólo tendrá que enfrentarse a la montaña que suponen siete puntos en nueve jornadas. El Villarreal, por su parte, observa a Europa como el niño que no sabe si se merece el caramelo que le ofrecen. Con la diferencia que tendrá que luchar más de lo que luchó hoy, si quiere merecerse ese premio. Equipo y jugadores, tiene.
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