Sigue la maldición en la Rosaleda para el Málaga. Nueva derrota en su feudo para los de Schuster, esta vez contra el Espanyol por un tanto a dos en un partido marcado por la desafortunada actuación del trencilla Delgado Ferreiro y su equipo que firmaron una actuación para olvidar.
Tras un emotivo minuto de silencio por Adolfo Suárez y Miguelón, un miembro de la Peña Frente Bokeron recientemente fallecido, comenzó el choque. El Málaga, poblado de bajas, apostó por Portillo acompañando a Darder en la medular. En defensa Weligton, tras casi tres meses de lesión, volvía a ejercer de capitán de la zaga malaguista sustituyendo al sancionado Sergio Sánchez.
El vasco Aguirre por su parte alineó a su mejor once disponible con la salvedad de Colotto al que remplazó Sidney y confió su ataque al tridente formado por Stuani, Sergio García y Córdoba.
Partido equilibrado el que se vivió en la primera mitad. El Málaga empezó con ganas, presionaba arriba y buscaba el error perico obligando a estos a jugar en exceso con balones aéreos en busca del internacional uruguayo Stuani. Cuando el balón era de los locales el Espanyol se mostraba cómodo. Su papel se limitó a aguardar y contragolpear aprovechando la debilidad del Málaga en el aspecto defensivo.
Fueron del Málaga las primeras ocasiones, ambas sendos disparos lejanos de Sergio Darder y Pablo Pérez acertadamente resueltos por Kiko Casilla. El Espanyol intentó aprovechar la velocidad de Córdoba pero el joven delantero colombiano estuvo en todo momento sujetado por un excelente Weligton. La veteranía del central pudo con el vigor del delantero.
Treinta y tres minutos tardó en llegar el primer gol del partido, treinta y cuatro el segundo. Primero lo hizo el Espanyol en una contra que plantó a Stuani y Sergio García en el área malaguista. Una gran combinación entre ambos dejó al catalán frente a Willy al que batió con un genial disparo cruzado. Acto seguido Pablo Pérez empataría el encuentro al anotar, en clamorosa posición adelantada, con un buen disparo a Kiko Casilla por alto.
Se abrió el partido y todo lo que no había pasado en la primera media hora sucedió en los últimos minutos. Unos instantes finales que tuvieron un claro protagonista, el arquero del Málaga. Hasta en dos ocasiones salvó Willy a su equipo. La primera en el treinta y siete salvando un mano a mano contra Pizzi y a tres minutos del final de la primera mitad salvaría un disparo de Sidney tras una gran internada en el área del central españolista tras un córner.
Bajo el duelo sobre el césped en intensidad, también en precisión, al inicio de la segunda parte. Con un Espanyol cómodo con el empate el Málaga tomo tímidamente las riendas del partido. Amrabat empezaba a aparecer pero sus intentos por penetrar en la defensa catalana no daban los frutos necesarios para ponerse por delante.
Conforme con las tablas Aguirre reforzaba su defensa dando entrada a Abraham y retirando del verde a Córdoba haya por el minuto 20. Schuster sorprendía dos minutos después retirando del campo a Weligton y volviéndose a inventar una defensa que acabaría con Eliseu de lateral derecho, Angeleri con Flavio de central y Antunes por la izquierda.
Diez minutos después, sobre el treinta y uno, llegaría el gol de la victoria perica. Y lo haría con polémica puesto que los jugadores malaguista pedirían penalti sobre Iakovenko, lo fue, en la jugada que da inicio a la contra que acabó con un gran gol de Pizzi salvando a Willy con un gran disparo pegadito al palo cruzado.
La hecatombe malaguista no culminaría ahí. Tan solo transcurridos unos escasos segundos desde el fatídico gol de Pizzi llegaría la expulsión por segunda amarilla de Pablo Pérez que dejaba a su equipo con diez con más de un cuarto de hora de partido por delante.
Retiró entonces Schuster a Antunes y se fue a tumba abierta a por el partido con la entrada de El Hamdaoui pero, esta vez no, el Málaga no pudo sobreponerse al varapalo recibido. Ni Iakovenko en el 42 ni El Hamdaoui estuvieron atinados en las oportunidades que gozaron para empatar y el partido terminaría con la victoria visitante.
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