Inicio 1ª División El Sevilla golea en la tarde de M’Bia

El Sevilla golea en la tarde de M’Bia

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EFE Rakitic Marin Sevilla CelebraciónEstadio Ramón Sánchez-Pizjuán, Sevilla. El Sevilla FC ha goleado (4-1) al RCD Espanyol para retomar la senda victoriosa que frenó el Celta en Balaídos. Los goles de M’Bia, Gameiro en dos ocasiones y Rakitic sirvieron para mantener siempre por delante a un Sevilla tan sólo intimidado por Sergio García, que anotó de penalti. A falta del encuentro del lunes, los de Unai Emery se colocan a tres puntos de la cuarta plaza que da acceso a Liga de Campeones.

Stéphane M’Bia no deja de correr nunca, ni de encimar al rival, ni de presionar hasta robar el balón.  Sus 190 centímetros le confieren un aura de omnipresencia en el centro del campo que termina haciendo sombra a todos los rivales que se acercan a su zona de influencia. Detrás suya todo es penumbra.

En la tarde de domingo primaveral se comió al Espanyol, que tan sólo pudo intentar darle esquinazo enviando balones fugaces a la dupla PizziSergio García. Junto a Vicente Iborra, el camerunés se encargó de erigir un puesto fronterizo en el círculo central para dejar a sus atacantes buscar el gol sabiendo que tras ellos todo era calma.

Sin Rakitic, Marin o Reyes –todos en reposo- la pareja Carlos BaccaKevin Gameiro quedó encargada de hilvanar el juego para intimidar al debutante Germán, meta visitante. Sin embargo, el primer gol llegó a balón parado, en un córner en el que la pizarra de Emery volvió a surtir efecto. M’Bia llegó al palo corto en estampida y después de rematar con contundencia a la red todo fue alegría.

EFE Gameiro Alberto Moreno SevillaEl Espanyol intentó hacerse roca cerrando espacios pero su esfuerzo de concentración quedó roto en mil pedazos a unos segundos del descanso. El 1-0, pensó Javier Aguirre, no estaba tan mal. Su defensa se abalanzó al vestuario antes de tiempo y el despiste lo aprovechó Gameiro, que se encontró las puertas de palacio abiertas de par en par y en el corazón del área pudo controlar, chutar en semi volea y lanzar besos a la multitud sin despeinarse.

La reprimenda de Aguirre debió ser de tal dimensión, tan extraordinaria, que a sus muchachos no les quedó otra. El colegiado Del Cerro Grande puso el balón en el círculo central, silbó, y al instante se encontró con la lengua fuera y decretando penalti de Fazio. Lo convirtió en gol Sergio García cuando los puestos de bebida aún estaban abarrotados.

Con el 2-1 en el luminoso M’Bia dijo a los suyos aquello de “calma, calma” y ni los visitantes blanquiazules se atrevieron a llevarle la contraria. El partido atravesó minutos en los que la grada prefirió observar el vuelo de las golondrinas que jugueteaban sobre las tribunas. Nada ocurrió, hasta el 62.

El capitán Ivan Rakitic veló armas en el banquillo hasta ese momento.  En adelante tomó el mando, recolocó las piezas sobre el tablero y comenzó a lanzar diagonales con el balón. Desde ese momento los espacios brotaron de la nada, y el claro en el bosque lo aprovechó de nuevo Gameiro, que supo combinar con el croata.

Para entonces al Espanyol se le puso cara de comitiva del Rey Juan en el Bosque de Sherwood. Acorralados, sin ver desde dónde llegaban los ataques, quedaron desvalijados en un abrir y cerrar de ojos. El remate de la función quedó en manos del capitán sevillista. Rakitic aceleró a espaldas de la defensa visitante, amaestro el cuero con sutileza y venció al inexperto Germán antes de chutar, que no puedo más que conceder el gol sin entender nada.

Con la goleada confirmada, Rakitic, M’Bia y el resto de la tropa volvieron a huir por donde aparecieron, guardando fuerzas para el reto europeo ante el Oporto. Palabras mayores.