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Derrochando coraje y corazón

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kokeEl Atlético de Madrid toca en estos momentos el cielo de la Champions League tras derrotar en el estadio Vicente Calderón por uno a cero al FC Barcelona. Un gol de Koke al poco del inicio del partido dejaba a los colchoneros en una situación de ventaja que supieron gestionar a las mil maravillas. El derroche físico de los rojiblancos transformó la fe en el pase a semifinales.

“¡Porque luchan como hermanos, defendiendo sus colores, con un juego noble y sano, derrochando coraje y corazón!”. Y vaya si lo hicieron los jugadores del Atlético de Madrid. Semejante ejemplo de esfuerzo y entrega no podía tener una recompensa más y acorde. Por méritos propios el Atlético de Madrid se encuentra en las semifinales de la Champions y ya espera rival en el sorteo del viernes.

El Calderón engalanado. La gente dispuesta a ser el jugador número 12 y el espectáculo estaba servido. Rodaba el balón y el Barcelona se hacía con el control del mismo y comenzaba a tocarlo frente al área rojiblanca. Parecía que los colchoneros se replegaban en exceso pero se veía que la decisión con la que acudían a cada balón les hacía imponerse en cada duelo. Pronto las imprecisiones acompañaron a los continuos robos de balón de los del Cholo y empezaron a llegar las ocasiones. Avisaba Raúl García con un disparo lejano y el Atlético se hartó de advertencias.

Corría el minuto seis de encuentro cuando Adrián ganaba por alto un balón y se plantaba frente a Pinto. Reventó el balón contra el poste y el esférico salió rebotado a los pies de Villa. De asturiano a asturiano y el Guaje se la ponía a Adrián que la servía al segundo palo para Koke que batía a placer. Uno a cero y las grada del Manzanares gritaba al cielo que los suyos son grandes.

Y los suyos respondieron al aliento de su público con ganas y buen hacer. Se lanzaban al contragolpe y esta vez era el propio Koke quien servía un pase entre líneas a Villa que se quedaba solo ante el guardameta culé. El disparo del asturiano lo escupía el palo y esta vez el rebote caía del lado catalán. Parecían reaccionar los del Tata y a punto estuvieron de lograr el empate gracias a un centro del Alves, solo un minuto después, que Messi cabeceaba fuera.

No es que el Barça no diese sensación de peligro, es que solo con ver la forma que tenían los del Cholo de pelear cada balón, de correr en cada jugada, se sabía que muy mal se tenían que dar las cosas para que el Atlético no pasase la eliminatoria. Se enfrascaba el juego. El repliegue táctico de los colchoneros y la poca velocidad con que los azulgranas movían el balón hacía que el peligro brillase por su ausencia; pero esto no dudaría eternamente.

Balón al cielo de Courtois y Adrián consigue peinar para Villa que gana la espalda a Bartra y lanza un misil que vuelve a alejar elmessi travesaño de los visitantes. Al Atlético le sabía a muy poco el resultado y querían más. Pero casi ocurre justo lo contrario. Neymar se colaba detrás de Juanfran y, cuando parecía que estaba a punto de caerse, tiraba un espectacular caño a Tiago y la ponía para Messi que fallaba en boca de gol. Esto en vez de atemorizar a los espectadores les hacía reaccionar y el Calderón volvía a rugir haciendo despertar a su equipo.

Llegaba la visita a vestuarios y tras ella las tornas cambiaron. El Barcelona salía con una marcha más encontraban la velocidad y a ratos la profundidad. Solo el tremendo desgaste físico de los rojiblancos les permitía llegar a cada acción para cortarla antes de que llegase a fructificar. Aun así tuvo que aparecer Courtois. Concretamente para robarle de los pies un balón a Neymar cuando este ya se marchaba de él.

Esta acción sacudía las entrañas de los extenuados jugadores atléticos y volvían a atosigar la defensa culé. Primero Diego hacía intervenir a Pinto con un disparo lejano y más tarde el guardameta andaluz se encontraba con un tiro raso de Gabi que había hecho una galopada de casi 70 metros. El final de partido habría sido otro si el árbitro hubiese visto el clarísimo empujón de Mascherano sobre Villa a quince minutos del final que habría supuesto penalti. Pero no le hizo falta a los colchoneros.

Conseguía desbaratar todas las previsibles acciones del Barça y lanzaban contraataques que quizás con unas piernas más frescas habrían acabado en un resultado más abultado. Neymar estuvo a punto de hacer saltar todas las alarmas con un testarazo que lamía el palo antes de marcharse fuera. Y ahí murió toda esperanza del FC Barcelona. Se dedicaron a colgar centros altísimos que no suponen problema alguno para la experimentada defensa colchonera. Los minutos finales pasaron entre el buen manejo del tiempo de los del Cholo y el delirio de una afición entregada a un equipo que hizo honor a su himno.