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Entrenadores en apuros

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Johan-CruyffJavier Imbroda.- Nada nuevo bajo el sol. Los entrenadores sometidos a una presión asfixiante. Si se gana, qué buenos son los jugadores, si se pierde, qué malo es el entrenador. Lo dicho, tan injusto como real, nada nuevo. Una temporada en la alta competición, da para mucho. En un mes de esta competición, quieres renovar al entrenador tres veces, y echarlo otras tres, depende del último resultado. Un desequilibrio que llega a afectar todas las sensibilidades de un vestuario.

Cruyff, una voz autorizada en el fútbol en general, y en el Barça en particular, acaba de manifestar, que Martino, entrenador blaugrana, no manda en el vestuario. Que la directiva no le da plenos poderes en ese vestuario, con lo cual su figura se debilita. Ha bastado la eliminación en Champions, frente a un inmenso Atlético, para que se desaten todas las tempestades. Es la soberbia de los grandes, no aceptan que otros en un momento determinado, te pueda superar. Y así les va, viviendo siempre en permanente vértigo. Tienen mal perder.

El entrenador blaugrana vive prisionero de la nostalgia culé, eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor, aquí adquiere una fuerza inusitada con su correspondiente frustración. Un entrenador en apuros, uno más, al parecer, tiene los días contados. Creo que ni ganando la Copa del Rey y/o la liga, seguirá en ese eléctrico banquillo. Tal vez me aventure demasiado, pero admito apuestas.

Este Barça que ha vivido en medio del escándalo esta temporada, con dimisión del Presidente incluida, y sanción europea por irregularidades en las contrataciones de menores, solo los resultados del equipo, podían ocultar tanto desatino. De momento no ha sido así. Un buen resultado no resuelve el problema, tan solo lo aplaza. Y lo primero que tiene que hacer esa institución, es aclararse internamente, y resolver sus problemas antes de delegarlos al equipo, y en concreto a su entrenador como fácil diana.

Me cuesta entender lo que sucede en Cataluña, dan la impresión que quieren vivir por encima de leyes y normas, sea en cualquier plano socio político o deportivo. Una actitud que delata cierta superioridad sobre los demás, una especie de gen que les diferencia al alza respecto al resto de los mortales, si no, no se entiende este constante desafío, ya sea separatista, o ya sea retando a la UEFA. Disculpen el desvarío, vuelvo al entrenador, esa persona que se mueve entre las urgencias de todos, los egoísmos de unos cuantos, y la incomprensión de la mayoría.

Aquí en Málaga en plena fase placentera tras los últimos resultados, aunque sin confianzas, el entrenador Schuster, vuelve a estar en primer plano, pero esta vez, lejos de lo que ha sido una gran parte de la temporada, se plantea su continuidad, que ya estaba en contrato pero no de sentimiento. Schuster ha tenido que bregar en una dura temporada de transición, no era nada fácil su trabajo. Quizás su forma de ser, no le beneficie por aquello de la empatía, pero no se puede negar que puede culminar con buen resultado esta difícil competición. Leo que los “pesos pesados” del vestuario, han dado una especie de bendición para que continúe el entrenador. Cuidado con estas consultas. Se les da a los jugadores, determinados poderes que posteriormente se pueden volver en contra. Ellos saben que así, su voz, puede ser más escuchada que la del propio entrenador, y eso acarrea grandes riesgos.

Si el entrenador tiene la máxima responsabilidad del equipo, también debería tener la máxima autoridad. Tener la máxima responsabilidad compartiendo autoridad, tiene un encaje peligroso en la vida de un vestuario. Insisto, cuidado con las consultas.

Una pincelada.

Las lágrimas de Falcao. Impresiona como un chaval apasionado del futbolista, consigue emocionarlo. A veces nos olvidamos de la humanidad de los grandes.