Inicio 1ª División El Rayo deprime al Betis

El Rayo deprime al Betis

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EFE Rayo VallecanoEl Real Betis Balompié ha caído derrotado (3-1) en el Estadio de Vallecas ante un Rayo Vallecano que supo aprovechar la desdicha del conjunto verdiblanco. Dos errores de Paulao pusieron en ventaja a los locales y disiparon toda posibilidad de victoria para los de Gabi Calderón.

A la media hora de juego en el barrio de Vallecas uno de los puntales del Betis que condujo a su equipo la pasada temporada a la UEFA Europa League pidió el cambio. Sin lesión ni molestia física de por medio. Resignado. Le rodearon al instante varios rivales para darle consuelo, pero Paulao ya no levantó la mirada del césped y fue sustituido.

La imagen resume el estado de ánimo –colectivo- en el que se encuentra el Betis, un equipo incapaz de hincar el diente a una de las plantillas más flojas del campeonato. El Rayo, que hace semanas tenía billete apalabrado para volver a la Segunda División, ahora esprinta para terminar de consolidar su permanencia. Ante el equipo de Gabi Calderón lo tuvieron claro: presión alta y paciencia hasta que las piernas visitantes temblasen.

Transcurridos quince minutos llegó el primer regalo. Perquis, acorralado en banda, cede el esférico a su compañero en defensa y Paulao, atenazado, intenta pasar la bomba de relojería a Adán. La cesión, de apenas unos metros, no llega a su destino y Rochina aprovecha para interceptar y cantar gol a puerta vacía.

Tan fácil fue para los de Paco Jémez que tardaron en creérselo. Hasta que una vez más, la definitiva, Paulao volvió a ser protagonista. La mala fortuna se alió con sus fantasmas y lo que debía ser un rechace para evitar el centro lateral de Arbilla terminó en gol para desesperación de Adán.

Al Rayo le bastó presionar y mantenerse ojo avizor. A los atacantes béticos, sin embargo, no les salió nada. Rubén Castro perdió progresivamente la confianza tras cada intentona fallida, Leo Baptistao jugó bajo una continua lluvia de silbidos desde la grada y Álvaro Vadillo no encontró su sitio desde que ingresó en el campo.

El Betis, rendido, afrontó la segunda mitad como una diana ante la que los atacantes locales probaron fortuna. En dos ocasiones tembló la madera de Adán, y una tercera vez tuvo que acudir a recoger el balón de la red. Consiguió Larrivey un gol que venía buscando desde el inicio, correteando de aquí a allá y escondiéndose en los resquicios que dejaba la zaga verdiblanca.

Con el partido sentenciado Javi Chica supo aprovechar un balón llovido del cielo para batir a Rubén y cerrar el marcador, aunque nada cambió. El Betis, sumido en una depresión colectiva, ya sólo parece esperar a que su sentencia al descenso quede redactada.