Inicio 1ª División Tito, el héroe silencioso

Tito, el héroe silencioso

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VilanovaDaniel Mata.- Todos recordarán, por desgracia, aquella final de la Supercopa de España el 17 de agosto de 2011, cuando una acción, fuera de los límites del fútbol, dio a conocer a Tito Vilanova. Pocos lo conocían hasta aquel día. Pocos saben que la época más gloriosa del FC. Barcelona, comandada por Pep Guardiola, tenía una mano derecha, una mano a la que no hay que quitar mérito alguno y que se ocultaba de todo foco, la de Tito. Desde las categorías inferiores, hasta el Olimpo del fútbol mundial. Tito, que cinco meses después de anunciar la maldita enfermedad de seis letras, tomó las riendas de un FC. Barcelona que lo había ganado todo, y lo hizo campeón de Liga, alcanzando la cifra de 100 puntos, cuando todo el mundo pensaba que ese equipo ya había tocado techo.

Comenzó su carrera futbolística en las categorías inferiores del FC. Barcelona, allí coincidió con grandes jugadores como el “Chapi” Ferrer, Sergi López o Guillermo Amor. También militó en el Figueres y en el Celta de Vigo, con quien dio el salto a Primera División. Sus últimos coletazos con un balón en los pies fueron en Segunda División. Badajoz, Mallorca, Lleida, Elche y Gramanet, donde se retiró en el año 2002, completaron su periplo futbolístico, siempre a la sombra, sin hacer mucho ruido. Pero la satisfacción llegó en el año 2007. De nuevo en las categorías inferiores del FC. Barcelona, pero esta vez viendo los toros por detrás de la barrera, bajo el yugo de Pep Guardiola, con el que fue escalando peldaños hasta convertirse en una pieza clave del Barça de los 6 títulos. Publio Siro dijo que nadie llega a la cumbre acompañado del miedo. Tito también lo sabía, por eso decidió sobreponerse a toda adversidad y, tras la marcha de Guardiola, tomó las riendas de un equipo que no podía aspirar a más y le volvió a hacer campeón de Liga, con tan solo dos derrotas en esa temporada. En julio del pasado año Tito Vilanova dejó el banquillo del FC. Barcelona tras recaer por segunda vez de su enfermedad.

Hoy, todo el barcelonismo y el mundo del fútbol llora el desenlace del partido de su vida. Un partido del que no pudo salir victorioso. Tito luchó, se aferró y siguió luchando, siempre con la fuerza suficiente para triunfar en un banquillo. Hoy, esa maldita enfermedad de seis letras ha vuelto a hacer de las suyas, pero a nosotros siempre nos quedará Tito.