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El Atlético gana, gana, gana y vuelve a ganar

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atléticoY de qué manera lo hace el Atlético de Madrid. Por tres tantos a uno ha derrotado al Chelsea de Mourinho ganándose un hueco en la final de Lisboa. Primero Adrián, luego Costa y después Arda hicieron inútil el tanto de Torres. Los colchoneros ya tienen su final soñada y ante qué rival. El guante está recogido, el lugar del duelo determinado, las armas escondidas y el espectáculo aplazado hasta el 24 de mayo.

El choque comenzaba como corresponde a los equipos cuyos técnicos no dejan ni un cabo sin atar. Los despliegues tácticos aguantaban sin fisura y solo una genialidad parecía poder hacerlos saltar por los aires. Pues en una de esas estuvo Koke a punto de penetrar el muro blue. El rechace de un córner caía a su pies, cuando corría el minuto tres, y el canterano la ponía de primeras al segundo palo. Tan bueno fue el centro que si, primero el larguero y posteriormente el poste izquierdo de la portería de Schwarzer, no lo hubiesen repelido ese balón habría acabado convirtiéndose en el primer gol del encuentro.

El Atlético lo intentaba por las bandas encontrando profundidad pero falta de acierto a la hora del remate. Combinaciones rápidas que se diluían en la buena basculación de un Chelsea que se quedaba ahí. Los esfuerzos reiterados de Hazard quedaban continuamente en vano y las cabalgadas de Torres se perdían en el horizonte del fuera de juego. Hasta que llegó la puñalada inesperado. Jugada rápida por la banda derecha de los ingleses. El balón de Azpilicueta acaba en el corazón del área y, tras un rebote, Torres conseguía poner el uno a cero en el electrónico. De poco servían las disculpas que pedía el madrileño a los aficionados del equipo dueño de su corazón.

El gol parecía no distraer a los rojiblancos de su objetivo que no era otro que el de conseguir un gol que los pusiese por delante en la eliminatoria. Y este no ser haría mucho de rogar. Tres minutos quedaban para la visita a vestuarios cuando Juanfran llegaba a la línea de fondo y la ponía al segundo palo donde Adrián solo tuvo que empujarla para poner el delirio en los 3.000 aficionados colchoneros que se habían desplazado hasta Londres.

Con la reanudación el dominio de los de Simeone parecía aún más evidente. La posesión era suya por completo y las líneas de pase parecían con claridad. Se tenía esa sensación de cuando algo está a punto de ocurrir y vaya si lo hizo. Costa recogía un balón, rebotado de un córner, y sin tiempo para controlarlo era claramente derribado por Eto´o. Rizzoli señalaba penalti y el delantero brasileño del Atlético de Madrid no perdonaba desde los once metros.

Éxtasis en la zona de la grada colchonera. Tranquilidad y aplomo en las piernas de los jugadores rojiblancos. Líneas de historia para los anuales de un club que soñaba con noches como esta. Porque tras este tanto el Atlético sabía que estaba en la final y más viendo como los “¡olés!” dominaban en Stamford Bridge ante la impotencia del Chelsea. El pastel estaba listo para ser devorado, pero aún falta la guinda. La puso un otomano y es que fue Arda quién culminó la ansiada noche de los indios. Le dio igual que su testarazo lo repeliese el larguero. El esférico volvió a caer a sus pies y el mago turco hizo un pase a la red cuya belleza hizo justicia al juego que durante todo el encuentro desplegaron él y sus compañeros.