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El Atlético deja escapar la Liga

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courtois miranda alderwireldEl Atlético de Madrid vuelve a dejar escapar la Liga. Los nervios hicieron que las piernas de los del Cholo se congelaran y el Málaga se aprovechó para conseguir el punto que le hacía falta para asegurar su permanencia. Los goles de Alderweireld y Santa Cruz dejan la Liga tal y como estaba.

Sonaba el Calderón. Lo hacía como esos días en que el mundo futbolístico contiene la respiración para ver un dulce o fatal desenlace. 60.000 banderas ponían el color en las gradas y el balón comenzaba a rodar. Los rojiblancos lo querían pero no sabían cómo hacerse con él. El Málaga, con la tranquilidad de quien tiene mucho que ganar y poco que perder, aportaba el criterio y el buen toque.

Pasaban los minutos entre pérdidas de tiempo malacitanas e imprecisiones colchoneras. Teixeira intentaba poner ritmo a un encuentro plagado de balones que surcaban el aire de Madrid. El Atlético se sentía raro. Se encadenaban rachas de intensidad con otras en que la caraja bloqueaba el sistema nervioso de los del Cholo. En esas estuvo a punto de llegar el primero. Gabi metía un balón en largo que Raúl García acertaba a peinar. Villa la recogía solo ante Caballero pero su disparo se estrellaba en el larguero. La atención volvía a los transistores que anunciaba que el Barcelona no podía con el Elche.

Se llegaba el descanso con la sensación de que la impotencia se adueñaba de los del Manzanares. Con la reanudación se incrementaba la desesperación y el nerviosismo comenzaba a ser preocupante. El Cholo lo sabía y pedía la ayuda de un público que ya de por sí estaba entregado. La misma gente que luego tuvo que ver como Alderweireld evidencia lo que todo el mundo sabía. El belga se tragaba un balón que su compatriota Courtois tampoco acertaba a acertar. Samu se aprovechaba de la debacle defensiva y con la cabeza empujaba el balón a placer.

Durísimo el golpe que sufrían los colchoneros. El Cholo pedía que sus jugadores no bajaran la cabeza y menos mal que no lo hicieron. Precisamente con la testa Alderweireld devolvió la esperanza a la ribera del Manzanares. El belga puso las tablas al saque de un córner y la grada del Calderón hervía empujando a su equipo que tenía la Liga a tan solo un gol de distancia.

Los buscó con todo el esfuerzo, que no el acierto, posible. Los balones colgados  eran islas entre el tiempo que los jugadores del Málaga perdían de vil manera. Aún con eso Adrián la tuvo. Vaya que si la tuvo. Galopó hasta la frontal del área donde recortó disparando a la escuadra derecha. El Calderón en pie. Los locutores prolongando su Adrián y Willy que voló para romper todas las ilusiones colchoneras. La mano de Caballero hizo mirar al cielo a miles de personas que pedían ayuda divina para comprender por qué ese balón no había entrado.

Lo cierto es que esa parada hace que la Liga 2013-2014 tenga una final. Díganle a sus cardiólogos que les den cita para dentro de siete días.