Inicio 1ª División La malquerida

La malquerida

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Sanción FIFA 2Nadie quiere esta Liga. El Atlético de Madrid, con ella “ganada” desde hace semanas, ha venido a sentir vértigo en el momento decisivo. Cuando hay que ganar pierde o empata. Nadie se libra del peso de la responsabilidad, ni el bravo Simeone. El Real Madrid se descartó sucesivamente pese a que sus rivales parecían querer repescarle cada semana y el Barcelona, que se retiró frente al Getafe, ha entrado a empujones de un Atlético que no sabe ganar sin sufrir y hacer sufrir.

Lo cierto es que a estas alturas ninguno de ellos ha hecho nada por resolver este enigma. Sin embargo esto no es raro. Muchas veces fue así, solo que en los últimos años la cosa se redujo tanto que parecía impensable, que nadie viniera a meter cizaña en el baile a dos, de Madrid y Barcelona. Pasará lo que pase el domingo que viene pero el Atlético de Madrid ha dado demasiado aire a un rival que, jugando mal y sin alma, es letal cuando sus genios tienen la tarde. No entendería que los del Cholo perdieran esta Liga, era suya y la están rifando. Grave, porque este club no la gana todos los días. 

AncelottiEl fútbol es una especie de escritor maravilloso que, a modo Verne, imagina lo inimaginable y lo pone sobre un campo de fútbol una tarde cualquiera de mayo para dinamitar lo que, sin contar con él, adelantamos periodistas, jugadores, técnicos y afición. Nadie sabe nada de este juego y sus desenlaces pero hablamos como si tuviéramos las claves. Luego viene el fútbol y nos pone en nuestro sitio. Esa es una de las razones por las que este deporte tiene ganada la voluntad de millones de personas. El misterio que lo permite durante tanto tiempo está por descubrir. Lo que si se sabe es que el Atlético se ha notado un terrible temblor en las piernas, el miedo a ganar; que el Barcelona sigue teniendo la suerte de los campeones y que el Real Madrid ha sido tan indolente y tan desaplicado que se ha condenado a ver la Liga pasar sin saber cómo se gana. Es una pena que una Liga tan bonita, al final la recordemos como «la malquerida”.