Final Europa League – El Sevilla ha conseguido imponerse en la tanda de penaltis al Benfica (4-2), tras acabar la final en tablas en Turín (0-0). La falta de acierto de ambos conjuntos durante todo el partido, en especial el Benfica, junto con la brillante actuación de Beto bajo palo, ha servido para dar al conjunto de Unai Emery su tercera copa en esta competición, igualando a Juventus, Liverpool e Inter de Milán.
Con un Juventus Stadium al que faltó por asistir unos 7.000 aficionados, algo patente en las gradas, no sirvió para disimular el estallido de la parroquia sevillista al ver entrar a sus muchachos en el terreno de juego. Aunque queda lejos las copas ganadas en los años 2006 y 2007, el Sevilla era sabedor del esfuerzo derramado en todos estos partidos clasificatorios para llegar hasta aquí, más si cabe con una plantilla renovada de cabo a rabo a principios de temporada. También le costó al bueno de Unai Emery devolver la fe a los ateos de su juego, pero el esfuerzo y los resultados han dando la razón al técnico guipuzcoano.
Pues bien, con el pitido del colegiado que daba inicio al partido, pronto se pudo ver como el estilo de ambas escuadras era bastante similar. Dos equipos muy peligrosos a balón parado y al contragolpe pero que, con el balón en los pies, no sacan todo el jugo a su planteamiento. Benfica y Sevilla estuvieron toda la primera mitad tanteando el terreno, midiéndose las distancias, con escasas ocasiones claras de gol en ambas metas.
Bacca totalmente aislado en la puta y los centrales Fazio y Nico Pareja achicando las acometidas lusitanas en las botas de Lima, Rodrigo y Gaitán. La oportunidades se pudieron medir con cuenta gotas. Un lanzamiento lejano de Alberto Moreno y un remate de Garay tras un centro botado al área pequeña.
Sin embargo, antes de que los jugadores se retiraran al túnel de vestuarios, el Benfica pudo golpear primero y desmoralizar al conjunto rojiblanco de cara a la segunda mitad. Primero Maxi Pereira con un lanzamiento algo forzado, y después, un posible penalti de Fazio, pudo tambalear los cimientos del Sevilla, aunque estaban bien salvaguardados por un Beto que terminaría de redondear la faena en la tanda de penaltis.
En la reanudación, el guión no cambió demasiado ya que Pareja tuvo que sacar bajo palos un gran disparo de Lima, que fue continuado con sendos rechaces. El peligro seguía llegando por parte del equipo portugués, pero el trabajo inconmensurable de Fazio y Pareja en la zaga, salvaguardando el desatino de Coke y Alberto Moreno en las bandas, impidió que se rompiera el empate. Sería más tarde cuando Alberto Moreno podrían el miedo en la grada, al cometer un penalti sobre Rodrigo que el colegiado no vio.
Después de tener varias ocasiones claras el Benfica, El Sevilla respondió con varios tiros lejanos de Reyes que salieron merodeando el área defendida por Oblak. El conjunto luso no necesitaba de posesiones largas para dar sensación de peligro, ya que los nervios en el equipo sevillista eran bastante extensibles, debido a que eran incapaces de juntas líneas de pase.
El Benfica lo seguía intentando una y otra vez. Primero Gaitán de un potente disparo, después Garay cabeceó en el segundo palo un balón que salió fuera por poco y, por último, Lima desperdició varias ocasiones por falta de recorrido en los metros finales, aunque suya fue la ocasión más peligrosa de la segunda mitad con un potente lanzamiento escorado desde la frontal, al que Beto respondió con una soberbia estirada. En las cabezas de los jugadores de Jorge Jesús parecía sobrevolar la maldición de Bela Guttmann, pues gozaron de innumerables ocasiones de ponerse por delante, pero la falta de acierto desbarató los planes. Ya se sabe que el que falla, la acaba pagando, y más en una final europea.
En los dos minutos de tiempo añadido, el Benfica quemó todas sus naves al dar entrada a Cardozo en lugar de Siqueira. Las fuerzas menguaban en ambos conjuntos y el entrenador portugués quería evitar por todo los medios la prolongación y, como no, la fatídica tanda de penaltis. No fue así y el partido se dirigió a la prórroga.
Con los jugadores totalmente exhaustos, el Sevilla pudo sentenciar el partido con un potente disparo de Bacca que salió lamiendo 
el palo derecho. El colombiano no pudo finalizar en carrera el brillante pase en profundidad de Rakitic. Gameiro y Cardozo, los hombres de refresco en ambos bandos, intentaron dar el gol de la victoria a sus equipo. Sin embargo, ninguno de ellos pudo evitar lo que parecía inevitable: que todo se decidiera desde los onces metros.
Con ambos equipos conjurándose hermanados, el Sevilla ganó el sorteo y pudo elegir lanzar ante sus aficionados. La suerte parecía estar de cara de los nervionenses, no sólo en este partido sino en los anteriores, por lo que la hazaña de los penaltis se antojaba previsible. Tras los lanzamientos acertados de Lima y Bacca respectivamente, llegó la hora de Beto. El portero que ya salvó al Sevilla antes de acabar la primera mitad, terminó cerrando una noche para el recuerdo, deteniendo los dos lanzamientos siguientes a Cardozo y Rodrigo. M´Bia y Coke no echaron por tierra el trabajo del meta luso y, a pesar de que Luisão metió el balón dentro de las mallas, Gameiro certificó la tercera copa para los andaluces solventando el último disparo decisivo. Toda la plantilla saltó de júbilo junto con sus aficionados que, siete años después, vuelven a llamar a las puertas de Europa.
Ficha técnica:
Sevilla F.C.: Beto, Coke, Pareja, Fazio, Alberto, Carriço, Mbia, Reyes (Marin 79′) (Gameiro 104′), Rakitic, Vitolo (Diogo 110′), Bacca.
Benfica: Oblak, Pereira, Luisao, Garay, Siqueira (Cardozo 99′), Andrés Gomes, Amorim, Sulejmani (Almeida 25′), Gaitán (Cavaleiro 119′), Rodrigo, Lima.
Árbitro: Felix Brych (alemán). Amonestó a los sevillistas Fazio, Alberto Moreno y Coke; mostró cartulina amarilla por parte del Benfica a Siqueira y Almeida.
Tanda de penaltis: 0-1 Lima, gol; 1-1 Bacca, gol; 1-1 Cardozo, falla; 2-1 M’Bia, gol; 2-1 Rodrigo, falla; 3-1 Coke, gol; 3-2 Luisao, gol; 4-2 Gameiro, gol.
Incidencias: Juventus Stadium, 33120 espectadores.
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