Inicio 1ª División Osasuna desciende en el caos

Osasuna desciende en el caos

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EFE OsasunaEl Real Betis Balompié ha caído (2-1) ante el Club Atlético Osasuna en un partido marcado por un accidente producido tras la portería de Antonio Adán. Oriol Riera y Javier Acuña dieron ventaja a Osasuna. Javi Chica maquilló un resultado que confirma el descenso de ambos equipos.

Todo era felicidad en Pamplona cuando pasaban doce minutos de las seis de la tarde. Los rivales de Osasuna empataban y ellos, animados por un Sadar lleno hasta la bandera, atacaban con peligro. En ese minuto trascendental mandó Oriol Riera el balón a la red y ya casi nadie pudo volver a prestar atención a lo que ocurriría sobre el césped.

La abarrotada grada sur, frente a la que el goleador rojillo disparó, se vino abajo. La multitud se abalanzó para celebrar y la valla de seguridad cayó. Tras la protección, una montonera acabó en los dominios de Adán. Niños, adultos y jugadores acabaron entremezclados.

El partido quedó en pausa y las asistencias atendieron hasta a 39 personas. Diez acabaron en el hospital con heridas leves. El reloj mientras tanto siguió corriendo en el resto de campos y el caos fue absoluto.

Los locales parecieron aprovechar el desconcierto, pues doblaron su ventaja en cuanto el colegiado reanudó el choque. Javier Acuña disparó algo escorado y la defensa verdiblanca ni lo vio llegar.

El 2-0 fue el principio del fin para Osasuna. El trabajo para sobrevivir estaba hecho, pero la desazón inundó las gradas tras recordar la dependencia creada con los resultados del resto de encuentros. Ninguno sonrió a los rojillos.

Para entonces un Betis que salió a jugar por compromiso pudo llevarse el partido. Tan sólo el guardameta Andrés Fernández supo evitarlo. Una y otra vez llegaron sueltos los atacantes verdiblancos, queriendo sin querer, hasta el área local. Y allí, inexorablemente, chocaron con el arquero, que elevó el nivel de sus intervenciones según pasaron los minutos.

Javi Chica consiguió burlarlo en uno de sus intentos, pero entonces ya nada importaba. En la grada, la retransmisión frenética de lo que sucedía con Almería, Granada, Getafe y Valladolid lo inundó todo. Empató el Rayo y se celebró, pero la siguiente pieza para completar el rompecabezas nunca encajó. Con el pitido final los jugadores del Betis agacharon la cabeza como en tantas otras ocasiones esta temporada; los de Osasuna lloraron. Sobre todo el capitán, Patxi Puñal, que se despidió del fútbol sufriendo: no pudo evitar la salvación de su equipo.