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Tenía que ganar Brasil

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neymar scolariDaba igual lo que ocurriese sobre el césped: esta noche Brasil tenía que ganar a Croacia y eso fue lo que sucedió. El tempranero gol de Marcelo en propia parecía romper los pronósticos pero Neymar y el colegiado Nishimura se encargaron de que las protestas que los brasileños mantenían en las calles de Sao Paulo no saltasen a la grada. Óscar cerró la inmerecida goleada.

La emoción llenaba el Arena de Sao Paulo. Las caras de los jugadores se diferenciaban poco de las de los aficionados en la grada. Esto es un Mundial y el fútbol se vive de una forma diferente, única. Brasil lo sabía y esto le pasó factura. Comenzaron temerosos y aunque consiguieron quitarles el balón a los ambiciosos croatas lo cierto es que los únicos que tenían claro a lo que estaban jugando eran los de Kovac. Perisic la tuvo nada más empezar con un cabezazo que se marchaba por poco. Croacia no avisaría dos veces.

Corría el 11´ cuando Olic se colaba por la banda izquierda, gracias al hueco dejado por Alves, y la ponía rasa al centro del área. Jelavic intentaba empujarla pero su balón tocado no entraría hasta que Marcelo le ayudase de forma involuntaria. Uno a cero y la  congoja sucedía al nerviosismo brasileiro. Pero no por mucho tiempo.

Brasil se lanzaba al ataque con más corazón que buen hacer y por algunos momentos pudo verse un agobio tenaz y acertado sobre la portería croata. Tanto va el cántaro a la fuente que al final se rompe y eso fue exactamente lo que pasó. Óscar conseguía robar un balón en el centro del campo y se lo daba a Neymar. La estrella de la Canarinha avanzaba hasta la frontal donde golpeaba un balón que, pese a ir mordido, terminaba colándose en la meta de Pletikosa poniendo las tablas en el electrónico y el delirio en la grada. Suspiraba Brasil a expensas del segundo tiempo.

La sorpresa croata se disipaba y Brasil se confiaba a las diabluras de Neymar y a lo que la providencia les proporcionase. Esta vez, la ayuda divina llegó en forma de colegiado japonés. Corría el 70´ cuando Nishimura veía un penalti que nadie más en el planeta Tierra vio. Fred se dejaba caer en el área ante Lovre. El trencilla pitaba pena máxima con orgullo y Neymar no rechazaba tamaño regalo. Pero no quedaría ahí el presente del japonés a los brasileños.

Se metía en un berenjenal Brasil que veía como Croacia le comía la tostada minuto a minuto. El asedio de los comandados por Modric era ya descarado cuando llegó el tanto del empate que no subiría al marcador. El árbitro interpretó que había falta en una jugada en la que Julio César perdió el balón él solito y Jelavic conseguía anotar un tanto que quedaría anulado.

Al final, con Croacia ya rendida, Óscar puso la firma a la sentencia dictada por Nishimura. Brasil comienza ganando, pero ni mucho menos convenciendo.