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Segunda batalla por la corona

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baloncesto madrid barçaRodrigo de la Torre. Tras ser el Barcelona el que diera la primera estocada en esta guerra, el Real Madrid intenta rehacerse después del duro golpe recibido.

El combate entre culés y vikingos continúa mientras que la corona espera un vencedor para posarse sobre un nuevo rey, y tal y como se estan desarrollando estos play-offs parece que el llamado a ser nuevo monarca será el que mejor sepa defenderse de los ataques del rival.

La primera batalla de esta final se saldó con un resultado que no reflejó absolutamente en nada el dominio que ejerció el Barcelona sobre el Real Madrid, que en ningún momento tuvo la oportunidad de llevarse el encuentro. El equipo entrenado por Xavi Pascual desplegó un juego espectacular, liderados por Ante Tomic, que fue el mejor del partido con 17 puntos y 11 rebotes, los culés arrollaron al equipo de la capital. La principal baza del conjunto blanco fue la defensa; los culés no tuvieron problemas para encontrar los espacios y llegar de forma fácil a la canasta, esto les permitió tener una anotación regular a lo largo de todo el partido; no obstante, el Madrid se mantuvo cerca en el marcador, a pesar de ser muy irregulares en su anotación. Los vikingos vivieron dos momentos totalmente distintos en su anotación; cuando veían el aro como el ojo de una aguja, durante gran parte del partido, y cuando la canasta parecía una piscina, en los últimos minutos de cada cuarto.

La victoria lograda en el primer partido de la serie le otorga una gran ventaja a los catalanes, ya que en caso de que tenga que disputarse un quinto partido, este se disputará en el Palau Blaugrana. Ahora el conjunto blanco tiene que esperar al tercer partido, que será el primero que se juegue en Barcelona, y ganar para poder recuperar el factor cancha.

El segundo encuentro es de suma importancia para el Real Madrid, ya que en caso de volver a perder; se irían a Barcelona con la obligación de ganar los dos partidos. Vencer en Barcelona tras haber perdido los dos partidos en casa es algo que no es imposible, como ya demostró Valencia; sin embargo, las pasiones que levantan los «clásicos» son totalmente distintas.